Quince animalistas se la juegan para defender a más de 10.000 gatos callejeros

Quince animalistas se la juegan para defender a más de 10.000 gatos callejeros
ana martínez, ayer, dando de comer a los gatos que forman su colonia patricia g. fraga

Cuando Ana Martínez acude al lugar donde reside su colonia de gatos, éstos se desperezan y abandonan sus escondites. Son media docena de animales los que mastican el pienso que les ofrece esta amante de los animales. Para sus vecinos de Eirís se trata de una afición inofensiva. Para el Ayuntamiento, es una infracción a las ordenanzas municipales que puede castigarse con hasta 300 euros de multa, así que a Ana esta costumbre podría salirle muy cara pero ella insiste: “No pienso que esté haciendo algo malo. Creo que es una cuestión de humanidad atender a estos animales”.

Aseguran que el gobierno local se desentiende del problema de la creciente población gatuna

Según la asociación pro derechos de los animales Libera, existen un mínimo de quince colonias de felinos en A Coruña, todas atendidas por personas como Ana. Se calcula que la ciudad alberga un total de 10.000 gatos y aunque el mismo portavoz del Libera, Rubén Pérez, reconoce que la cifra es una estimación, insiste en que su población va en aumento y que la política municipal, que consiste en capturar a los animales y sacrificarlos, no sirve de nada: Cuando baja la población, los gatos se limitan a criar más. Las hembras entran en celo dos veces al año y tener en cada camada una docena de crías”.

La prueba, aseguran, es que los felinos se han expandiendo por toda la ciudad, y ahora se encuentran importantes colonias desde Monte Alto a Los Rosales: “Allí hay muchos, porque se encuentran rodeados de zonas de hierba y tienen gente que se preocupa por ellos”. También en pleno centro, el parque de Santa Margarita se ha convertido en un santuario para los que desean pasar sus siete vidas con comodidad. “Allí tienen muchos lugares donde ocultarse y están tranquilos”, añade Pérez.

 

captura y castración

Para estos amantes de los animales, los gatos no pueden considerarse una plaga, no importa su número. “Son unos animales muy limpios, y se comen a los ratones. Cuando se ve un gato sucio es que está enfermo”, asegura Ana. Pero, por otro lado, ellos mismos han tomado medidas para reducir su población. La propia Ana es un ejemplo de ello: “Me hice con una jaula trampa y empecé a capturarlos y a llevarlos al veterinario para que los castrara. Primero eran veinte, luego doce, y ahora ya son seis”.

Lo que propone Libera! es que el Ayuntamiento subvencione una campaña que permita realizar esta misma tarea a gran escala, tal y como se ha hecho ya en ciudades como Barcelona. Sin embargo, la asociación asegura que el gobierno local se desentiende del problema. Como prueba, señalan que el lunes un perro mató a un gato callejero en Monte Alto y que ningún agente del 092 levantó acta de ello.

Quince animalistas se la juegan para defender a más de 10.000 gatos callejeros

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