La protesta contra el cierre de la planta de Alcoa reúne a más de 4.500 personas

La protesta contra  el cierre de la planta de Alcoa reúne a más de 4.500 personas
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Fueron hasta 4.500 (según cifras de la Policía Local) las personas que desafiaron la intensa lluvia que caía a la siete de la tarde de  ayer para marchar desde la plaza de A Palloza hasta la Delegación del Gobierno y exigir que la planta de Alcoa continúe su singladura y con ella, los 400 puestos de trabajo que mantiene. Según fuentes de la Policía Local, fue un total de  los que marcharon por la avenida del Ejército. Contaban, además, con el apoyo de representantes de todo el espectro político, desde el PP a AGE. Nadie quiere (excepto la propia empresa) que se cierre la planta, acuciada por problemas de competitividad debido al alto precio de la energía eléctrica.
La manifestación resultó empequeñecida por la de Avilés, donde también se plantea el cierre de otra fábrica, y donde acudieron 8.000 personas, pero en la que acompañó el tiempo. Los manifestantes se protegían con paraguas y pancartas, en las que podía leerse mensajes como “Non ao peche do aluminio galego”, “Sen industria non hai futuro” y “Non ao desmatelamiento industrial”.
 El alcalde, Carlos Negreira, invitó incluso a todos los coruñeses a sumarse a la protesta después de que Alcoa presentara un expediente de extinción de empleo el pasado día 1, pero ayer estaban presentes también dirigentes políticos como el socialista José Ramón Gómez Besteiro, Yolanda Díaz, de AGE, o Rosana Pérez del BNG. La diferencia radica en que mientras el resto de portavoces políticos cargan contra el sistema de tarifas impuesto por el gobierno por considerar que es “una locura energética”.
Por su parte, Negreira se limita a pedir encarecidamente al Ministerio de Industria, Energía y Turismo que “ponga todos los medios que estén a su alcance para que la producción se mantenga dentro del marco de la sostenibilidad económica”.  Mientras, el BNG ha aprovechado para reivindicar una tarifa eléctrica propia para Galicia por ser exportadora de energía y como compensación a la explotación de sus recursos naturales.
 La manifestación duró cerca de una hora, durante la cual fue imposible circular por el centro de la ciudad pero, en realidad, la protesta había comenzado mucho antes, desde las dos de la madrugada, cuando un grupo de cien trabajadores se concentró frente a la entrada de la fábrica, en al carretera de Baños de Arteixo, formando un piquete para asegurase de que solo trabajarían los sesenta empleados necesarios, quince por turno, para la marcha las instalaciones y los camiones de alúmina.
 También apilaron un montón de neumático en el patio de entrada detrás del cual se parapetaron. Toda la noche se mantuvo en relativa tranquilidad hasta que a las ocho y media de la mañana, los manifestantes prendieron fuego a la barricada e hicieron estallar varios petardos, por lo que acudió al lugar una dotación de bomberos que apagó las llamas sin que se produjeran incidentes, bajo la vigilancia de la Policía Nacional.

La protesta contra el cierre de la planta de Alcoa reúne a más de 4.500 personas

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