La presión policial logró reducir en un 80% el furtivismo en la ría de O Burgo

La presión policial logró reducir en un 80% el furtivismo en la ría de O Burgo
08 agosto 2012 página 7 A Coruña..- Los gardacostas expulsan a una docena de furtivos de la ría de O Burgo

Históricamente, la ría de O Burgo ha sido un coto del furtivismo.  Sin embargo, desde que se iniciaron las operaciones conjuntas entre la Unidad Adscrita de la Policía Nacional y la Guardia Civil, en 2010, la situación varió sustancialmente. Según Lino Sexto, subdirector xeral de Gardacostas, apunta a que en ese tiempo, la actividad ilegal pudo caer “tranquilamente” un 80%. Pero queda un pequeño grupo que sigue faenando en la ría, y Sexto espera que la modificación del código penal sirva para acabar con su impunidad, porque el impago de sanciones tendrá pena de cárcel.
Cuando empezaron a trabajar con el plan contra el furtivismo, en toda la costa gallega, había días en las que podían verse hasta 60 personas faenando ilegalmente en la ría de O Burgo. Había rumanos, brasileños.. Todos por cuenta ajena. Aquello era en realidad, toda una industria, según el responsable de Gardacostas. “La inmensa mayoría de la extracción iba para compradores  que les compraban el capacho a 50 euros, blanqueaban y la metían en una depuradora de donde salía al mercado con todas las condiciones higiénicas”, dice.
Las autoridades se pusieron manos a la obra: les abordaban y les confiscaban las herramientas con las que estuvieran trabajando como el raño, el neopreno y las almejas (“si no las tiran antes, que es lo habitual”) y se les levantaba un acta por vía administrativa. “Y no solo a los furtivos de playa, sino también a las redes de comercialización, y se pegaron palos importantes”, recuerda Sexto.   
A día de hoy, la situación ha cambiado radicalmente. Un día de marea baja, un fin de semana, es fácil ver a tres o cuatro personas ahí, normalmente más arriba del puente. Se les puede ver por la mañana y por la noche, en las dos mareas porque no se ocultan. Muchos son drogodependientes que se pagan así su adicción y que suelen llevarse uno o dos kilos por cabeza.  
Hasta ahora, no habían conseguido eliminar este último reducto de furtivismo, simplemente porque las multas no afectan a los insolventes, pero los nuevos  cambios legislativos permiten dar un nuevo impulso a la lucha contra esta actividad ilegal. “Tengo la esperanza que la modificación del código penal nos ayude, sino a eliminarla del todo, a tenerlo de una manera mucho más controlada de la que teníamos cuando empezamos con todo esto”, dice Sexto.

mejoras
En otros sentido, la ría también ha experimentado mejorías. Ha pasado de ser una zona C a una B, con lo que el peligro de las toxinas es menor, sobre todo teniendo en cuenta que los últimos furtivos de O Burgo, a diferencia de los que trabajaban por cuenta ajena, no depuran el marisco después de haberlo recogido, sino que lo venden directamente en la calle o a un restaurante.
Para el subdirector de Gardacostas, no caben medias tintas contra estos infractores porque “no solo faenan sin licencia, sino que no controlan tallas ni cierres por toxinas, ni topes, ni ninguna regla”.

La presión policial logró reducir en un 80% el furtivismo en la ría de O Burgo

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