La pila que mantiene activo a Groba

La pila que mantiene activo a Groba
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Es el leitmotiv de su vida, la pila que lo mantiene activo. De esta forma, Rogelio Groba padre no deja de llenar partituras con notas. Así le da cuerda a su reloj vital y la producción sigue creciendo hasta superar con creces las 700 piezas. La que se podrá escuchar mañana a las 19.00 horas en el teatro Colón será una de ellas. Olvidada en un cajón y rescatada por su hijo, el espectador podrá disfrutar por primera vez “O Gato con Botas”, bajo la dirección del que también lleva la batuta de la Orquestra de Cámara Galega, Rogelio Groba.
Antes, la agrupación ofrece sesiones matinales a distintos grupos de escolares, que están siendo el termómetro con el que miden la temperatura a la butaca. Su aplauso sincero les hace pensar que la puesta en escena gustará.
En ella, el clásico de Charles Perrault volverá a hacer magia. Esta vez, rebozada de ópera y con una música contemporánea que atrapa, dice Groba, y que se aleja de las grandes estructuras abstractas: “Es una partitura muy descriptiva, con mucho movimiento, que utiliza temas basados en el público infantil pero con un carácter cercano”.
En la composición, dice Groba, se pueden apreciar las dos grandes influencias de su padre, Stravinsky y Bartók. Son como pequeñas pinceladas que se acoplan a una personalidad inconfundible. Rogelio explica que si algo caracteriza a Groba es su sello. Que lo distingue del resto de su generación, la del 57: “Es como cuando ves una pintura de Goya, no dudas sobre quién es el autor”. Esto, añade, diferencia a los grandes. Y es lo que hace situar a su progenitor como el compositor más grande que ha dado Galicia, según su hijo.
En este aspecto, el director de la Orquestra de Cámara Galega comenta que Groba padre ha sabido coger la raíz galaica “y llevarla a un nivel estético muy elevado”. Su extensa producción hace que la elección para llevar al directo una u otra pieza sea muy difícil. Aún así, la formación orquestal trata de divulgar su legado para que la butaca lo mastique.
De esta forma, el protagonista con capa y sombrero es fuerte e ingenioso. Nada que ver con la mayoría de las funciones que lo presentan de baja estatura. Para Groba, es un reto hacer el espectáculo porque “se acercan al niño para seducirlo” y el pequeño se aproxima al mundo lírico a través de elementos lúdicos. El estreno es, para Groba, cómo ver una nueva criatura, que respira de la danza, la interpretación actoral y vocal y la parte instrumental. Todo metido en el mismo saco y bajo un fondo virtual en 3D.
Con la adaptación de Manrique Fernández y la dirección escénica de Javier Fernández, “O Gato con Botas” se dirige a un público familiar: “Es una representación muy viva con una escenografía de gran profundidad a cargo de Qatrogatos y CEGA Audiovisuais que emplean el video mapping. En este sentido, la obra no excede de los 50 minutos para que los niños salgan con la agradable sensación de la música clásica en sus oídos.

La pila que mantiene activo a Groba

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