Talía del Val es “Bella” en un musical que ve el final de su paseo por España con tristeza porque no cansa, asegura, y “el personaje me ha cambiado a nivel personal”. Además de convertirla en morena. Y es que la protagonista del cuento es rubia, en realidad, pero las pelucas son tan reales que no parecen de mentira.
Ella se pone cuatro a lo largo de la obra. Y viste un modelo de volantes rosas. Sin embargo, eso no significa que la Bella de Stage Entertainment sea ñoña aunque sí dulce. Talía dice que está construida “con madurez, incluso tiene un humor muy sarcástico”. Y muchos puntos que le han hecho salir de la historia animada al igual que el resto de personajes, que “son más de verdad que los que salen en la película de Disney”, en el que está inspirado.
La actriz explica que están mucho más desarrollados a nivel emocional dentro de un montaje donde “el castillo se mueve solo” y el personal técnico es capaz de desplazar el escenario por bluetooth. Y todo termina con fuegos de artificio como en las verbenas.
El espectáculo está desde ayer en el Palacio de la Ópera para repartir dosis de azúcar y fantasía. En concreto, la Bella y la Bestia se jurarán amor eterno hoy a las 17.30 y 21.30 horas para seguir haciéndolo mañana y el martes, a las 21.00 horas. Para poner en bandeja estas funciones, once tráilers han copado la autovía portando todo el material.
La protagonista asegura que los técnicos no tienen descanso y mientras la Bella se retira a sus aposentos en los días que no toca salir al escenario, los especialistas en engrasar el mecanismo para que nada falle están ya en el siguiente destino trabajando.
El musical le ha hecho quitarse pesos de encima a la joven Talía. Los que se ponía sin querer cuando surgía una situación peliaguda en su guión. Ahora que ha superado los miedos y temores con este papel tan importante, la bailarina formada en el conservatorio y la escuela Broadway y Carmen Roche afronta el futuro con ganas de nuevos retos. Y se siente rara cuando piensa en su participación en proyectos anteriores como “Los Miserables” o “Mamma mia”: “Es mucho la responsabilidad tanto por el personaje como por todo lo que conlleva”.
Con respecto a su compañero de baile, Talía solo tiene palabras bonitas para Ignasi Vidal: “Es un lujo porque lleva muchos años y controla la escena”. Para la Bella, el que interpreta al monstruo más tierno es un punto de apoyo que “me tranquiliza”. Los dos son capaces de crear en el momento. Es lo que tiene la complicidad y el hecho de saber que el musical atrapa. A cada uno por algo diferente.
Es por eso que la madrileña invita a verlo varias veces. En concreto, a la niña Talía le marcó cuando vio que Lumiere se acercaba a ella después de la función para saludarla personalmente. En lo que sí coinciden todos los que se sientan en la butaca es en llevarse el mismo mensaje en el bolsillo. El que dice que la belleza está siempre en el interior.