La pérdida del relleno separa de nuevo las playas de Riazor, Orzán y Matadero

La pérdida del relleno separa de nuevo las playas de Riazor, Orzán y Matadero
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La pequeña playa de Matadero, cubierta por las toallas de los veraneantes, ofrecía ayer un aspecto muy distinto del que tenía en noviembre del año pasado, cuando uno de los muchos temporales que azotaron la ciudad retiraron su capa de arena dejando al descubierto la capa rocosa de su base. El jefe de Demarcación de Costas en Galicia explicó entonces que la desaparición de la arena forma parte del ciclo natural de las playas y que regresaría al mismo nivel. Y lo ha hecho, aunque solo sea en parte, porque ya no es posible pasar de una playa a otra pisando la arena, como ocurría tras el relleno del arenal que llevó a cabo el Ministerio de Medio Ambiente en 2012 y que costó 8,5 millones de euros.
Cuando se reabrieron las playas al público tras las obras, en junio de 2010, Riazor y Orzán medían 20 metros más de ancho, lo que permitía caminar cómodamente, por la arena desde Las Esclavas hasta las escaleras de Matadero. El entonces alcalde, el socialista Javier Losada, proclamaba ufano que los coruñeses tenían \“la mejor playa de España\”. Solo cuatro años después, la época en la que un coruñés podía recorrer toda la bahía pisando solo arena es un recuerdo destinado a arraigar en el imaginario popular, como el de la ardilla que podía cruzar el país sin abandonar los árboles.
Ahora solo es posible realizar esa caminata cuando las mareas son más fuertes, durante la bajamar y siempre que el Atlántico esté en calma, lo que prueba que parte de que el océano aún adeuda \“Es cierto que falta parte de la arena, pero era previsible\”, comentan expertos consultados, que señalan que las rocas que se encuentran en el fondo de la bahía del Orzán dirigen la fuerza de las olas hacia otras zonas de la playa que no son los espigones que separan los arenales, precisamente donde el relleno era visible. El resultado es que parte de los 320.000 metros cúbicos de áridos provenientes de Vimianzo y San Sadurniño se encuentran ahora en otra parte de la bahía.
Los que más notan esta cambio son los incondicionales de las playas, los mayores que acuden al arenal sin que importe el viento o la amenaza de las nubes que han aguado. \“Antes se podía cruzar y ahora no, parece como si la marea subiera más\”, comentaba ayer una señora.
No es la primera vez que el relleno proporciona motivos de queja a los bañistas. Poco después de que los trabajos concluyeran, en pleno verano, los que se animaban a darse un chapuzón salían cubiertos de una capa casi plateada, que formaba el caolín del que estaba compuesto la nueva capa de arena, a pesar de que se había enterrado bajo lo s antiguos áridos para dar una apariencia de normalidad.
Lo cierto es que las obras nunca estuvieron exentas de polémica. Demarcación de Costas aseguraba que era necesario porque hacía 22 años que no se aportaban áridos a la playa, pero muchos insistían en que no era necesaria y se organizaron varias manifestaciones y un colectivo ciudadano intentó parar el proyecto. n

La pérdida del relleno separa de nuevo las playas de Riazor, Orzán y Matadero

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