“La Pequeña Bauhaus” pone alas a los artistas más bajitos

En el primer piso del número 15 de la calle de Rosalía de Castro, se cuece un experimento. Se trata de “La Pequeña Bauhaus”, una escuela de creadores bajitos, en la que los que ocupen pupitre girarán sobre un tema. Lo abordarán desde la música, la danza, el arte o la literatura para que unas disciplinas se nutran de las otras y los niños hagan de su imaginación, un habitáculo sin límites.
La responsable del proyecto, Carlota Pérez, explica que la idea no seguirá las pautas de un sistema al uso. Los pequeños partirán de cero para crear libremente en talleres regulares, que tendrán lugar de lunes a viernes, de 17.00 a 20.00 horas, o en actividades destinadas a ocupar los tiempos muertos de los chavales cuando no les toca ir al colegio.
Además, “La Pequeña Bauhaus” será también un hervidero creativo durante los fines de semana, donde se convocarán encuentros con artistas. De esta forma, los participantes de “Compartiendo sueños” reinterpretarán las obras de los invitados desde las diferentes materias en citas, que se desarrollarán los sábados y domingos.
Bailarina y licenciada en Historia del Arte, Carlota aspira a seguir los ideales de la Bauhaus con la misma funcionalidad que inyectaron ellos a sus creaciones. Es por eso que los objetos de arte que salgan de sus cabecitas se comercializarán por internet para seguir sumando enteros en el proyecto y que los niños se lleven de paso una recompensa.
El espacio será algo más que formativo. La directora señala que sus paredes harán de soporte para exponer los trabajos de los que pasen por “La pequeña Bauhaus” en muestras de pintura y escultura temporales que se irán cambiando. El ritmo lo marcarán los autores apoyados por sus capitanes. Es así como la propia Carlota Pérez se pondrá al frente del apartado de danza; la periodista Yoseana Hatillo les ayudará con las letras, la fotógrafa Begoña Bah les llevará a cazar instantes y Olalla Rodríguez les enfrentará a un lienzo en blanco, con Alexis Delgado en la parte documental.
Entre los retos que se proponen está el de crear una banda de música con niños del Conservatorio y volar en navidades por el universo de Kandinsky, al que dedicarán el primer taller estacional. Con un tope fijado en 50 alumnos y el único requisito de que tener como mínimo cuatro primaveras, “La Pequeña Bauhaus” arranca con cinco becas para familias sin recursos y otros bonos. Los padres podrán decidir el tiempo en el que sus pupilos desplegarán las alas.