“Los padres deben ser padres, no los amigos de sus hijos”

“Los padres deben ser padres, no los amigos de sus hijos”
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Daniel Echevarría ha ocupado la jefatura de estudios del colegio Liceo La Paz durante los últimos 22 años. Ahora, a punto de jubilarse, echa la vista atrás y repasa sus 40 años de labor dedicada a la docencia.

Una profesión tan sacrificada como la docencia, ¿responde únicamente a una gran vocación?
No cabe la menor duda que esta profesión exige una gran vocación porque si no, uno se volvería loco. Lo que es difícil, es mantenerla durante tantos años.

¿Y se va satisfecho?
Me voy con muy buen sabor de boca, eso sí. Creo que en todo momento cumplí con mis obligaciones.

En una carrera tan larga, habrá visto muchos cambios en el mundo educativo. ¿Qué valoración hace echando la vista atrás?
La evolución ha sido monumental. Antes el profesor era todo autoridad y ahora la ha perdido. Se ha evolucionado en todos los aspectos y no todo ha sido siempre positivo. Se ha perdido la autoestima de los profesores y ha bajado mucho el trabajo de los alumnos.

¿Se le puede dar la vuelta a esta situación?
Lo importante es que los partidos políticos y los sindicatos tengan claro de una vez que hay dos temas primordiales, como son la Educación y la Sanidad, que tienen que estar por encima de pensamientos e ideologías, y pensar en aunar esfuerzos y trabajar en una misma dirección.

En tantos años de profesión, tendrá unas cuantas anécdotas.
(Risas). Muchas, muchísimas. Tantas que darían, sin duda, como para escribir un libro. No me quiero quedar con ninguna, porque no quiero que nadie se quede fuera. Pero tengo muchos y grandes recuerdos de toda mi trayectoria.
Los padres también serán un buen filón para las anécdotas, supongo.
Efectivamente. El papel de los padres ha sufrido también una gran evolución. Han pasado de prestar el máximo apoyo al profesorado a ser amigos de sus hijos. Yo, y muchos profesionales que me rodean, pensamos que el padre tiene que ser padre y no ser amigo. Se ha vivido una auténtica pérdida de autoridad del profesor que habría que recuperar. Porque ahora, el padre ha metido al niño en una urna y se ha pasado del profesor que era dios al niño que es de porcelana. Y ni una cosa ni la otra.

¿Y esto cómo se cambia?
Creo que hay que volver a una línea en la que el alumno tenga que rendir unos mínimos. Nunca he visto lógico que un menor pase de curso solo por tener cierta edad. Eso ha derivado en una degradación de las aulas por la presencia de niños que creaban mal ambiente y no tenían ningún interés por estar allí. Eso acaba impidiendo el buen trabajo de los que se querían esforzar.

¿Cómo mira al futuro fuera del colegio?
Con muchas ganas. Sigo siendo presidente de la Federación Gallega de Patinaje y a ello dedicaré más tiempo. Y por supuesto a mi familia y mis nietos.

“Los padres deben ser padres, no los amigos de sus hijos”

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