Padre Rubinos inaugura una tienda solidaria en la vieja sede de Labañou

Padre Rubinos inaugura una tienda solidaria en la vieja sede de Labañou
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El Instituto Benéfico Social Padre Rubinos dio ayer el último paso para la cuadratura de su nuevo modelo de ropero con la apertura de una tienda solidaria disponible para las compras de todos los coruñeses. Tras mostrar el local de Reestrenar, el presidente de la entidad firmó dos nuevos convenios para asegurar la inserción laboral de parte de los usuarios del albergue de transeúntes. En concreto, tras el acuerdo con los hosteleros de la semana pasada, la Asociación de Hospedaje de A Coruña (Hospeco) y la empresa Segur se sumarán a la cartera de colaboradores tanto en los encargos al taller prelaboral textil como en cuestiones formativas.
El ropero de siempre de Padre Rubinos completó ayer su conversión en una empresa social con la inauguración del establecimiento Reestrenar en la antigua sede de Labañou. La ingente cantidad de donaciones por parte de los coruñeses –se retiran “18 toneladas de ropa semanales de los contenedores repartidos por toda la ciudad”– ha permitido que, además de la dimensión puramente benéfica, se exploren nuevas posibilidades. 
El presidente de la organización, Eduardo Aceña, explicó ayer que las prendas que llegan al ropero de Labañou se utilizan, en primera instancia, para cubrir las necesidades de vestimenta de los usuarios del albergue. 
Como se anunció la semana pasada, con parte del excedente se creó un taller prelaboral de costura –que surtirá de ropa a hosteleros y hoteleros coruñeses a medio plazo– y ayer mismo se presentó en sociedad un comercio que abrirá al público de 09.00 a 14.00 horas y de 16.00 a 19.00 horas, a excepción de los sábados que está disponible solo por la mañana. 
“Aquí llegará una parte de la ropa de segunda mano pero también sin estrenar”, destacó Aceña, que igualmente invitó a la gente a entregar prendas o complementos que se expongan directamente en este espacio “para consolidar puestos de trabajo”.  El negocio solidario que estará atendido por los seis trabajadores que hay actualmente contratados en el ropero –que, a su vez, eran usuarios del albergue– contará con las prendas de la marca Padre Rubinos creadas en el taller en el que están implicadas otras nueve personas. 
Las donaciones que no sean aprovechables seguirán vendiéndose a una ONG catalana, como hasta ahora, para sufragar los salarios de los puestos de inserción.  Prueba de la apuesta de la institución por el aprovechamiento máximo es que las lámparas de los probadores son cazuelas del antiguo comedor y las perchas con la ropa cuelgan de las estructuras de las literas que se utilizaban hasta la mudanza.
A mayores, Aceña firmó un convenio con el presidente de Hospeco, Rafael Benito, en virtud del cual se intentarán mover los uniformes que se cosan por los hoteles. Según Benito ya ha habido algunas conversaciones para especificar a los empleados cómo deberían ser los trajes para los chefs. “A futuro saldrán mayores sinergias en el tema de prácticas y contratación”, avanzó. 
Por su parte, el director del grupo Segur para el Noroeste, Jaime Villares, rubricó un acuerdo para formar y, posteriormente, fichar “a personas en riesgo de exclusión social”.

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