Las obras del Pardo Bazán inutilizan las pistas polideportivas del centro

Los más de 600 niños que estudian en el colegio Emilia Pardo Bazán se quedan sin las pistas polideportivas hasta que finalicen las obras de ampliación. Es la parte negativa de estos trabajos, esperados durante años por la comunidad educativa y cuya fecha de inicio se ha retrasado en innumerables ocasiones. Hace diez días, la Xunta daba luz verde al comienzo de las obras, desplazando hasta allí al equipo técnico encargado de realizar el acto de comprobación del replanteo del centro.
Ahora, ha comunicado al colegio los cambios a realizar cuando las máquinas tomen el terreno y la inutilización de las pistas polideportivas más próximas al Paseo Marítimo es el más notorio. De esta forma, los alumnos se verán forzados a utilizar el pabellón polideportivo de Los Rosales para realizar en su interior las clases de Educación Física. Esto afectará a lo que queda del presente curso y parte del siguiente, ya que las obras tienen un plazo de ejecución previsto de nueve meses.
Los niños tendrán que realizar el acceso a las dependencias del polideportivo por de la puerta situada en la pista en el recinto escolar frente a la entrada superior del recinto. Esto afectará, no solo al movimiento de alumnado en las sesiones de Educación Física, sino también aquellos que realicen actividades extraescolares

otros cambios
Pero además de los cambios en el uso del equipamiento deportivo, el comienzo de las obras de ampliación del centro obliga a establecer una nueva organización de los espacios para el uso de los miembros de la comunidad educativa. Las entradas y salidas al centro del alumnado no tendrán ningún cambio, y se seguirán realizando tal y como se viene haciendo actualmente, por la calle Travesía de Los Rosales. Sin embargo, el espacio para los desplazamientos quedará reducido notablemente por la instalación de los vallados de protección que delimitarán la zona de obras del resto de las instalaciones.
Esto afectará al tránsito de los alumnos más pequeños a la hora del ir al comedor, ya que hora, unos 250 niños de entre 3 y 5 años, alumnos del tramo de Infantil, tienen que cruzar buena parte del espacio del centro y cambiar de un edificio a otro a l ahora de comer. Esta es una de las mayores críticas sostenidas por los padres, que lamentaban que los niños tuvieran, además, que subir y bajar dos pisos por las escaleras.