La obra de La Marina causa los primeros cierres en el mercado de San Agustín

La obra de La Marina causa los primeros cierres en el mercado de San Agustín
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El mercado municipal de San Agustín ya no es lo que era. Y cada día lo es menos a causa de las diversas obras que rodean la zona y complican los accesos a la plaza. La asociación de comerciantes del lugar asegura que ya ha habido algún cierre y otros placeros estudian elegir esa misma vía de la despedida porque las cuentas a final de mes no salen.
Los primeros en decir adiós a la instalación fueron, hace bastante tiempo, unos placeros formados por el Ayuntamiento ad hoc para ocupar algunos de aquellos espacios de San Agustín que estaban vacíos. En plena caída del consumo tan solo uno, la Cantina A Pedra, fue capaz de encontrar su sitio y su clientela. Sin embargo, tras años de sumar obras constantes en la zona, los trabajos en La Marina han extendido la problemática a los comerciantes que llevan toda la vida en la plaza de abastos.
“Ahora la cosa está muy parada por ser el mes que es pero si le sumas las obras… Estamos sitiados”, afirma la presidenta de la agrupación de empresarios, Ángela Barrán. Por ello “cada vez hay menos gente comprando y menos vendiendo”.
Según cuentan, reciben muchas quejas de coruñeses que les dicen que tras dar vueltas sin éxito (ya sea para llegar o estacionar) se marchan. En cuanto a los vendedores, Barrán encuentra el ejemplo en el pasillo central dedicado a fruterías donde “de seis personas que había han quedado dos con los puestos abiertos”.
Hay otra despedida en ciernes y, como la gente lleva “aguantando desde octubre” –los mejores resultados alcanzados en diciembre gracias a las fiestas navideñas no han servido para compensar todo el tiempo de bajada de ingresos– hay varias personas que también “se están planteando cerrar y marcharse a buscar otro trabajo”.
“Esta situación no se había vivido con otras crisis”, recalca Barrán tal y como le han transmitido los ocupantes más antiguos del espacio.
El colectivo está preocupado porque de poco valen las reformas del inmueble en el que trabajan si un adiós arrastra a otro y así sucesivamente. Aunque parezca mentira, no ven tan lejana esa situación dado que si varios placeros bajan la persiana, habrá menos clientes en el mercado y, por consiguiente, más vendedores podrían verse abocados a abandonar sus negocios.
Casi todo, con permiso de la recesión económica, lo han provocado los arreglos de calles e infraestructuras, que no han cesado y han complicado mucho la actividad económica. “Puede que en seis meses la zona quede muy bonita pero a ver quién aguanta”, avisa y defiende ante el Ayuntamiento que las sucesivas actuaciones deberían acometerse todas juntas (incluidas las que se hicieron en San Andrés y Marqués de Pontejos) y ofrecerles un realojo provisional.
Por el momento, dicen, la falta de atención a sus propuestas les ha restado un importante número de compradores que se han ido a otras plazas o supermercados hartos de tener que buscar diferentes itinerarios para llegar a los establecimientos. Y creen que mucha de esa gente ya no volverá en el futuro.
No obstante, la presidenta recuerda que, como ella, hay concesionarios “partidarios” del proyecto por el cual está previsto unir San Agustín con el aparcamiento público del Bulevar del Papagayo. “Es necesario que los clientes tengan facilidades para aparcar”, asume, consciente de que esa es otra de las trabas que tienen en su camino.
Eso sí, insiste en un posible traslado porque esa futura obra provocará aún más problemas a los consumidores pese a que ahora haya “más indicadores que nunca” del mercado.

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