El mercado municipal de Monte Alto inauguró ayer un puesto muy peculiar, A Tenda de Antón, donde los responsables apenas levanta un metro del suelo. Son los alumnos de la escuela municipal del barrio que, gracias a este proyecto, de la Fundación Barrié y el Ayuntamiento, se enfundan el mandil para despachar fruta, pan y pescado, y hasta regentar un espacio dedicado a la biblioteca infantil.
La iniciativa es una experiencia del proyecto Mercados, en el que se implican las distintas escuelas y bibliotecas municipales de la ciudad. Tiene como objetivo fomentar el aprendizaje en un espacio de alto valor social y patrimonial como es el mercado, a través del juego simbólico y de la participación de los niños en al compra-venta de alimentos. En la tienda, los grupos de niños de la escuela encuentran un espacio expresamente pensando para ellos, para que jueguen, vendan y compren en un ambiente real, rodeados de los recursos materiales propios de una tienda de alimentación.
Los niños participan así en una actividad cotidiana y de alto interés educativo en el que el juego de comprar y vender recoge objetivos didácticos, vinculados a la lógica matemática, el lenguaje, la autonomía, y los amplía para favorecer la participación de los niños en su barrio como protagonistas. n