Nani García | Las bandas sonoras se dejan llevar por la improvisación del jazz

Nani García | Las bandas sonoras se dejan llevar por la improvisación del jazz
El coruñés presentará por primera vez el trabajo en su ciudad

Nani García siempre tuvo un pie en el mundo audiovisual. Por eso metió al cine, al teatro y a la televisión en “Cinematojazzía”, que es drama y comedia a la vez y puso a las melodías a caminar. Las vistió de estructuras de jazz para que la improvisación hiciera de las suyas y, cuando las tuvo, les dio un pase para el directo.
El compositor coruñés las presentó en el museo Serralves de Oporto y en Vigo, pero hasta ahora no pudo seguir paseándolas porque el concierto pide trío de jazz y cuarteto de cuerda como en las películas y eso no es compatible con las agendas de los artistas.
De ahí que la del 3 de febrero sea la primera vez que las pasaerá por su ciudad, en un Garufa Club que podrá escuchar un puñado de temas, los que sueltan lastre porque se hicieron para reforzar la risa o los que se van hasta registros más bajos y son dramáticos.

Improvisación
Así que las que fueron sintonía de cabecera o banda sonora se remueven en el mismo pote, un CD que lleva en la calle desde verano de 2016, y que se entiende en estructuras de jazz. Puestas al servicio de la improvisación porque en el mundo de la imagen “no hay o muy poquito, están compuestas de arriba a abajo” y el concierto pide darle a la cuerda.
Nani está contento de emparejar su música con la imagen. Dice que es un trabajo basado en el diálogo con el director, “que tiene siempre la última palabra porque sabe el mensaje final”. El recital sonará a “Pratos combinados”, se sumergirá entre azules, los que pintó Miguelanxo Prado en “De Profundis”, para conectar con la emoción y se subirá a las tablas: “Con una obra que hice para un drama de Rubén Ruibal, ‘Limpeza de sangue’”. Además, hay una pequeña suite fabricada para la película “El niño de Barro”, protagonizada por Maribel Verdú.
Asegura el compositor coruñés que tanto para la música como para hilar una historia hay mecanismos. Si toca intensificar la sonrisa, se va hasta músicas más cortesanas y ágiles y quita de su diccionario de partituras la palabra “profundidad”, que rescata si hay que ponerse serios: “Cada una tiene su aquel, pero para mí es más fácil manejar el drama”. Entonces, la envuelve de tonalidades menores.

Nani García | Las bandas sonoras se dejan llevar por la improvisación del jazz

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