Las mueblerías aún no notan el cambio de tendencia en el sector inmobiliario

Las mueblerías aún no notan el cambio de tendencia en el sector inmobiliario

El sector del mueble ni se inmuta. Las estadísticas y los promotores inmobiliarios hablan de un tímido repunte en las ventas de viviendas, que ya se dejó notar en 2015 en la ciudad y su entorno, pero las tiendas de enseres para crear un hogar no han detectado repercusiones en su facturación. Los profesionales de este ámbito piensan que los efectos de una hipotética recuperación inmobiliaria tardarán en llegar a ellos porque, ahora, los coruñeses se conforman con “lo más básico” para poder vivir.
Hay más transacciones de propiedades que en los últimos años y también el alquiler es un mercado en auge en A Coruña. Todos los indicadores así lo señalan pero los resultados que agradecen los constructores todavía son demasiado leves para permitir una mejoría de sectores adyacentes como el de la venta de muebles. El presidente en funciones de la Federación Gallega de Vendedores de Muebles, Miguel Agromayor, asegura que “por ahora no se nota ningún cambio”. 
“La gente o no amuebla o acude a establecimientos con el género más barato”, razona. En su opinión, el movimiento en el mercado de la vivienda “tarda mucho” en tener efectos sobre estos negocios porque “hay muchos pisos habitados en los que falta el mobiliario”. 
Incluso lo ve así cuando reflexiona sobre el ingente capítulo del arrendamiento en la ciudad. “La gente tiene tres o cuatro cosas básicas; ahora mismo del 100% de la facturación, el 80% se corresponde con productos indispensables”. 
Para los empresarios en general en la mente de los coruñeses se han instalado “otras perspectivas de consumo”. “Durante la época de la bonanza económica siempre había un interés en amueblar mejor que la vecina pero toda esa filosofía pasó a la historia”, subraya Agromayor.

sofás y colchones
En un momento en el que no existe esa sana competencia –porque la recesión tampoco lo ha permitido– lo que más sale de los establecimientos son los sofás, los somieres con patas muy simples y los colchones. La premisa de compra es así para los que entran a vivir por primera vez en una casa como para aquellos que se deciden a comprar algo nuevo para su hogar.
“Esto ocurre porque son cosas que a los diez años se estropean pero el resto aguantan más”, zanja Agromayor. Pese a esta visión algo pesimista recalca que las grandes superficies con precios reducidos no podrán acabar con todas las tiendas tradicionales de A Coruña. Recuerda que estas son las que ofrecen una garantía de “servicio y de diseño” en la que también hay que valorar el transporte, el montaje y la atención posventa.

Las mueblerías aún no notan el cambio de tendencia en el sector inmobiliario

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