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jueves | 25 abril | 2024
El festival Mar de Mares deparó ayer una jornada para la experimentación donde público general y colegios pudieron acercarse hasta la Antártida en el Acuario, tocar a una medusa sin ganarse una urticaria o caminar por un bosque de algas. El investigador Josep María Gili trajo un trozo de todo lo que se cuece en el Centro Superior de Investigacións Científicas y el Instituto de Ciencias do Mar de Barcelona para que el mar fuera una realidad palpable por fin: “En la educación hay un vacío importante”.
Tanto a través de talleres como en la web www.elmarafondo.com, los usuarios pueden ponerse en la piel del divulgador. El experto contó ayer que la idea es explicarlo en primera persona, “con recursos originales y de libre acceso”. De esta forma, introdujeron a los más curiosos en un submarino porque “los científicos tenemos que tener la capacidad de observar y los que bajan son los que más se fijan”.
Otra de las cuestiones que el equipo quiso demostrar es cómo la tecnología ha supuesto un gran avance en el campo: “Porque se observa el océano sin destruirlo y gracias a la robótica marítima, se ve la evolución y se interactúa con la gente”.
Para convertir el reino de agua salada en un entorno conocido, los presentes realizaron inmersiones y pasearon por un fondo, “en el que invitamos a jugar a las analogías con 50 ejemplos”, de criaturas que hacen “glub glub” bajo el agua y que se comparan con terrestres para que el mar se haga próximo y “los chavales sepan localizarlas con un poco de imaginación”. Un tercer obradoiro atendió a la Antártida, que a pesar de tener la apariencia de ser un lugar inhóspito, “tiene los fondos más ricos”.
La actividad se basó en la vida que guarda dentro “con ejemplares que tienen de 4.000 a 1.200 millones de años, animales gigantes conservados y hielo, donde están atrapadas las microalgas que generan “reservas de Omega 3” para alimentar al resto de la comunidad que respira en esta parte del mundo.
En la iniciativa, niños y mayores pudieron disfrutar de imágenes inéditas traídas de aquellos mares para pasar a una cuarta propuesta sobre medusas.
Explicó Gili que es la primera vez que lo hicieron. Resume diez años de trabajo acerca de estos seres maravillosos, según el especialista, que se pudieron destripar en el museo a golpe de microscopio: “Les contamos porqué tienen tanto éxito y nos preocupan tanto a la vez”.
Lejos de ser peligrosas, Josep María afirma que las medusas “son seres fantásticos con un ciclo de vida espectacular”. Son esenciales para trasladar el plancton a los peces y aunque normalmente, Gili no trabaja el Atlántico, “lo bueno es que lo que investigamos es extrapolable al resto de océanos”. En cuanto a los fondos de aquí, Gili respondió al segundo: “Son brutales”.
