Los antiguos trabajadores de la Torre se encadenan a la estatua de María Pita

Los antiguos trabajadores de la Torre se encadenan a la estatua de María Pita
Los trabajadores se encadenaron frente al monumento de María Pita en protesta javier alborés

Los antiguos trabajadores de la Torre volvieron a hacer sentir su presencia al Ayuntamiento en la mañana de ayer, cuando dos de ellos y dos sindicalistas se encadenaron a la estatua de María Pita para protestar por la pérdida de sus puestos de trabajo. Encadenados a cada uno de los pivotes que se levantan en las esquinas del monumento, permanecieron allí desde la una menos cuarto de la tarde. A las tres, cuando el alcalde abandonó el palacio municipal seguido del teniente de alcalde, Julio Flores, y la concejala de Turismo, Luisa Cid, los manifestantes estallaron en gritos como \“Negreira, negreiro, eres un mentireiro\”, y pidieron su dimisión. Uno de ellos, el delegado de CIG, Adolfo Naya, reconoció que no espera que ninguno de los cargos públicos vaya a seguir sus consejos, pero no se desanimó. De hecho, la protesta continuó durante toda la tarde al ritmo de la música de los móviles, en los que se oía \“mentirosa\” y \“vamos a contar mentiras\” amplificado por los megáfonos que habían llevado consigo.


El humor ácido enmascaraba la irritación que sentían los antiguos trabajadores de la Torre por las declaraciones de Negreira del día anterior, cuando había asegurado que el faro romano tendría \“un director al frente y un buen equipo para que el faro luzca en todo su esplendor\” y que este equipo estará compuesto por \“personal especializado a través de una convocatoria pública y con un tribunal en el que estará el sector turístico, los operadores económicos o la Escuela de Turismo\”.


Para las trece personas que antes trabajaban en el faro y que se quedaron sin empleo cuando el Ayuntamiento decidió no subrogarles a la nueva concesionaria, las declaraciones del primer edil son un insulto a su profesionalidad y el detonante de esta última protesta, con la que pretendían que el alcalde les recibiera. Flores aseguró que el Ayuntamiento había dialogado con los trabajadores, pero estos tacharon la comunicación de \“monólogo\”. En este sentido, varios manifestantes trataron de ser recibidos en el palacio municipal, sin que les acompañara la suerte.

De mala fe > Fue el Ayuntamiento, de manera unilateral, el que decidió que los trabajadores de la nueva empresa debían contratarse a través de un concurso público. Los afectados sostienen que el gobierno local tomó esa decisión para evitar subrogar los trabajadores de la antigua concesionaria. Flores insistió en que esa empresa se encontraba en situación irregular tras la extinción del contrato pero los manifestantes están seguros de su mala fe y mantienen que, a pesar de que sus 16 años de trabajo en el faro romano les califican de sobra para acceder al concurso, están seguros de que les han incluido en una \“lista negra\”. A pesar de ello, consultan cada día la página del Consorcio de Turismo y señalan que todavía no se ha fijado fecha para el concurso de empleo. Mientras tanto, afirman que no pueden acceder a ningún otro trabajo –alguno ya ha recibido ofertas– porque la maniobra del Ayuntamiento, tras la desaparición de su empresa les ha dejado en un limbo legal y aceptarlo podría poner en peligro los derechos adquiridos.


Otro punto de conflicto es que la Torre de Hércules sigue cerrada al público desde hace casi dos meses. El motivo oficial son unas obras de mantenimiento, pero los trabajadores aseguran que no fue más que una excusa para evitar que acudieran a sus puestos, dado que todavía no se ha sacado a concurso el contrato de las obras. El alcalde afirmó ayer que el faro se abrirá antes del 30 de junio para celebrar los tres años como bien de Patrimonio mundial.

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