Lorenzo Silva | “He escrito este libro para tratar de romper esa adhesión a los dos bandos”

Silva coloca al general Aranguren en un lugar llamado Historia en ese intento de ir más allá de la superficie y aliarse a las personas que son dignas.

En el libro cuenta que a veces la historia toda discurre entre dos personas. Esta es una mina para un escritor, ¿no?
Sí, es un regalo y piensas: “¿Pero no está explotado ya?” Esta historia pasa inadvertida para la literatura, se toca solo de refilón, y en la Historia está poco destacada, incluso borrada.

¿Cómo se la encontró?
Yo me la tropecé leyendo libros raros, quería hacer una reflexión personal sobre la Guardia Civil para un público general. Hay varias pero están escritas por guardia civiles y son como muy internas, de José Luis Cevero o López Corral. Así que empecé a indagar y me topé con él. Para empezar, fue un militar africanista como los que se sublevaron, por lo que se enfrentó a sus compañeros.

¿Por qué elige la primera persona para contarla?
No suelo, pero fue una excepción para quitarle objetividad, porque no la tiene. Es justa y ecuánime y la manera más honesta era escribirla en primera persona, sin artificios de la autoficción y esquivando esa primera persona que eres pero no eres tú. Tenía un conocimiento del contexto amplio porque me interesa y no es la primera que escribo de la Guerra Civil y de Marruecos, pero esta fue más bien una aventura de conocimiento de esta persona que lo vivió. No hay conceptos abstractos en ella, las cosas le van pasando.

Un ejemplo de personaje, que está por encima de todo, y un relato que invita a ir más allá. De forma amena.
Es una buena manera de profundizar en la Historia, que a veces conocemos mal. Aranguren tiene un código ético personal cuando hoy la gente utiliza códigos flexibles. Es irresponsable y utiliza la de “no sabía nada”. Él afronta su responsabilidad y lo acaba pagando. En este aspecto, nos han vendido motos burdas por no analizar los datos. Se ha perdido profundidad y la literatura es válida para esto porque se tiende a pensar que los militares eran todos golpistas y aquí tenemos dos ejemplos, que respetan la legalidad republicana y eran prudentes y sensatos. Es muy fácil quedarse en las simplezas.

¿No cree que esto es la razón por la que España sigue dividida en dos?
Eso es pasmoso. He escrito este libro para tratar de romper esa adhesión a los dos bandos y sí a las personas con dignidad. No distingo entre fusilados de Paracuellos y Aranguren porque alguien decidió quitarles la vida a los dos de manera ilegítima.