El lance que acabó con la etapa liberal coruñesa

El lance que acabó con la etapa liberal coruñesa
El Ideal Gallego-2015-06-07-014-c94b59dc_1

La batalla de Monelos está registrada en un cuadro pintado por Hipólito Leconte en 1828 y cuyo título es; “Conquista de las trincheras de Santa Margarita de la Coruña, 15 de julio de 1823”. Se corresponde al día del lance, donde los realistas franco-españoles al mando del general Bourke, derrotan a las fuerzas liberales a costa de un gran sacrificio.
Dicho cuadro se encuentra en el Museo Nacional del Palacio de Versalles y en un primer plano se puede ver al Ejército francés de invasión de “Los Cien Mil Hijos de San Luis” que atacan A Coruña liberal para restablecer la monarquía absoluta de Fernando VII. Al fondo de dicho cuadro se observan los molinos de Santa Margarita y a la derecha en la lejanía el perfil urbano de la ciudad presidida por la Torre de Hércules.
Antes de rendir la plaza serán arrojados al mar 51 realistas detenidos en el penal de San Antón por acción del general Méndez Vigo, muriendo todos ellos ahogados en aguas de la bahía coruñesa el fatídico día 27 de julio, ante una causa perdida y los gritos de venganza que proclamaban los detenidos ante la presencia francesa en el cerco a la ciudad coruñesa.
El Ejército de invasión constaba de dos cuerpos cuando entra en España, el de los Pirineos Occidentales, con 78.963 efectivos y 17.035 caballos y otro de los Pirineos Orientales, de 21.099 hombres y otros 4.376 caballos.
La capitulación de A Coruña, se lleva a efecto el 17 de agosto, cuando entra en ella el general español Morillo. Había sido la última plaza que resistía al invasor y tras la entrada del general lo hacen las tropas francesas de Bourke. Así, el día 20 concluía el periodo liberal en Galicia.

ataque
La batalla de Monelos da inicio después de que los franceses pasen el puente del Burgo, donde habían apurado los trabajos de reconstrucción. A mediodía del 15 de julio lo atraviesan camino de la ciudad de A Coruña. En su rápido avance, pasan por los altos de Eirís e inician la bajada hacia Monelos en dirección al puente, donde se verán sorprendidos por la heroica resistencia que tienen que librar contra la primera línea de la avanzadilla que los liberales habían desplegado; una desagradable sorpresa para los invasores, ya que los liberales les aguardaban en el lugar del Puente de Monelos, donde en principio se hacen fuertes, lo que constituye un serio problema para Bourke.
Su entrada en Galicia había sido Pacífica, casi un paseo militar, pero en los arrabales de A Coruña, se enfrentaba a la realidad de la lucha, en donde una exigua fuerza militar liberal se enfrenta al poderoso Ejército francés. Aquella columna apenas contaba con 200 efectivos de la Milicia Nacional y miembros dispersos del Ejército de Galicia que estaban dispuestos a vender cara la ocupación francesa.
Cuando las fuerzas enemigas intentan flanquear el puente, son recibidos con fuertes descargas de fusilería que les hacen retroceder en su avance, teniendo que entrar en acción la Infantería ligera francesa para forzar la retirada de los liberales. Esta operación recae en el Séptimo Batallón Ligero.
Mientras, los defensores se retiran escalonadamente hacia el camino que va en dirección a los Ranchos de Vera, donde se atrincheran y se hacen fuertes, quedando de nuevo los franceses frenados en su lento avance hacia A Coruña, una vez repuestos estos del susto inicial, logran ir ganando terreno a los defensores a costa de grandes bajas en uno y otroa bando.
Las tropas de Bourke logran aproximarse al Camino Real que conduce a los mencionados Ranchos de Vera, entre cuyos defensores destacará el teniente de artillería Solís, que está al mando de una batería de cañones. Esta comienza a escupir fuego sobre el enemigo nada más ser avistadas las primeras líneas de la vanguardia francesa y lo hace con tanto acierto en el tiro que el invasor no podrá franquear aquella posición camino de la ciudad, quedando aislados en su avance al carecer los franceses de artillería.
Solo sobre las dos de la tarde, cuando una espesa niebla hace su aparición y cubre los altos de Vera, son capaces de proseguir su avance, lo que hace que sus defensores abandonen las posiciones para refugiarse en los altos de Santa Lucía y de Santa Margarita, mientras que los franceses hacen un avance lento y penoso. Pero finalmente, tanto los altos de Vera como de Santa Lucía y de Santa Margarita serán tomados al asalto a la bayoneta y los defensores obligados a refugiarse en la ciudad sobre las seis de la tarde detrás de los muros defensivos, iniciándose un prolongado asedio que comienza el 16 de julio y finaliza a mediados de agosto.
El liberalismo había sido derrotado y Fernando VII volvía a reinar de modo absoluto y lo haría hasta su muerte. Según el parte de guerra emitido por el general español Antonio Quiroga, los franceses en su avance hacia A Coruña, habían tenido entre 800 y 1.000 bajas, algo que negará Bourke, quien afirmaría tener solo 60 bajas. Las reales, según varios estudios, pudieron ascender entre las 600 y 700 por parte francesa debido a la intensidad de los encuentros de armas y lo recio de la batalla en algunos momentos puntuales.
Este es un episodio poco conocido de la historia de la ciudad y a veces confundido con la batalla de Elviña en la guerra de la Independencia, cuando en realidad pertenece a la librada por el poder absolutista de Fernando VII, el 15 de julio de 1823.

El lance que acabó con la etapa liberal coruñesa

Te puede interesar