La reparación de Orillamar, un año después de su inauguración, obliga a retirar los adoquines

La reparación de Orillamar, un año después de su inauguración, obliga a retirar los adoquines
El pavimento presenta desde hace meses numerosos desperfectos a lo largo del trazado quintana

 El mismo día de la inauguración del corredor verde de Orillamar, el tercero y último con el que el bipartito cerró su mandato, el exalcalde Javier Losada reconocía que sería necesario realizar “algún retoque” en una vía en la que se invirtieron 2,2 millones. La reforma fue inaugurada el 27 de marzo de 2011, pero poco tiempo después, a esos pequeños desperfectos se sumaron otros en el pavimento adoquinado, con parte del enlosado levantado. Un año después, a los populares les toca arreglar el corredor verde. La reparación, que arrancará esta semana –probablemente mañana–, le saldrá casi gratis al gobierno local, ya que la reforma aún está en período de garantía, por lo que serán las empresas constructoras las que se hagan cargo de los 205.000 euros que costará dejar Orillamar en perfecto estado.

El concejal de Urbanismo, Martín Fernández Prado, acompañada de la concejala de barrio Susana Pazo, realizó ayer una visita a la calle, y se reunió con vecinos y comerciantes para explicarles en qué consistirán los trabajos, que afectarán fundamentalmente al pavimento y a la iluminación, y que estarán terminados en junio, siempre que el tiempo lo permita. “El corredor verde de Orillamar es un ejemplo de la forma chapucera con la que actuó el bipartito”, manifestó el concejal de Urbanismo, que achaca el mal estado de esta calle a dos factores: al “escaso o nulo interés” que, en su opinión, mostraron socialistas y nacionalistas “con las obras que ellos mismos diseñaron” y, también, que los trabajos para transformar Orillamar en una senda verde “se hicieron rápido y corriendo para tenerlos terminados antes de las elecciones municipales”.

Urbanismo aprovechará los trabajos para hacer los cambios exigidos en el mobiliario por Bomberos

 

Fernández Prado explicó que, cuando su partido asumió la alcaldía, se solicitó un informe técnico sobre el estado de estas reformas. En el documento el edil asegura que se certifica la existencia de “deficiencias importantes” en el corredor verde de Monte Alto, que, según los técnicos, “es preciso resolver para evitar que se generen problemas de movilidad y seguridad vial”, tanto a conductores como viandantes.

A partir de ahí los populares se pusieron en contacto con la empresa constructora y la encargada de la dirección de obra para llegar a un acuerdo, y que sean ellas las que asuman la reparación. “El objetivo es que el corredor verde sea más funcional”, apuntó el titular de Urbanismo, que espera que la reforma también permitan un mejor mantenimiento de la vía.

Características > Una de las claves de la nueva reforma será la sustitución del pavimento de adoquín por otro de asfalto en la mayor parte del trazado, como en el caso de la confluencia de las calles de Atocha Baja y Javier Fonte. De esta forma se pretende mejorar la circulación de vehículos pesados y del transporte público, sin que el enlosado vuelva a levantarse.

Urbanismo modificará además la iluminación, ya que los vecinos se quejaban de que, tal y como está ahora, producía sensación de inseguridad por la noche. Así, se sustituirán luminarias, se colocarán otras nuevas y se cambiará su ubicación. A esto se sumarán otras actuaciones para ejecutar correctamente el recrecido de los pozos de la red de saneamiento, y para subsanar otros desperfectos detectados en los jardines.

Fernández Prado explicó que el Ayuntamiento aprovechará estas obras para mejorar la recogida de pluviales, con la colocación de canaletas, rejillas y sumideros que faciliten la canalización del agua. Realizar estas tareas tendrá un coste de 50.000 euros que, en este caso, sí asumirá el gobierno local.

Además, la reparación servirá para introducir los cambios ordenados en el informe del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS). Se trata de mover el mobiliario urbano en los cruces de Orillamar con el callejón de Atocha Baja y la calle de Montroig, en el acceso al centro de salud y en la travesía de Orillamar, con el objetivo de permitir el acceso de los vehículos de emergencias a los pisos más altos de los edificios de la vía.

La reparación de Orillamar, un año después de su inauguración, obliga a retirar los adoquines

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