Kafka demuestra en el Forum que también sabía lo que era sonreír

 ¿Quién tuvo la osadía de decir que para Franz Kafka nada de lo que le rodeaba tenía sentido? Pues no es cierto, sabía lo que era sonreír.

Al menos esa es la impresión de las decenas de niños que ayer pudieron ver la representación del cuento “Kafka e a boneca viaxeira”, en el Forum Metropolitano, de la mano de la compañía Eme2.

Aunque el cuento, escrito por Jordi Sierra i Fabra, está dirigido a pequeños a partir de siete años, la experiencia de los que la representan es que los mayores salen igual de emocionados de una puesta en escena de la obra.

Una obra en la que se recrea uno de los últimos episodios del escritor checo cuando se encontró de paseo con una niña que había perdido su muñeca.

El escritor mantuvo correspondencia tres semanas con una niña que había perdido su muñeca

Rápidamente, el autor de “La metamorfisis” buscó acomodo en su mesa de escritura para borrar la tristeza de la pequeña con una carta en la que Kafka situaba el juguete en un país inventado.

Así fue como mantuvo una correspondencia de tres semanas con la niña que provocó que su muñeca de trapo conociese lugares tan alejados como Picadilly Circus o bailase tangos en la capital de Argentina, la idílica Buenos Aires.

 Anécdota > Aunque nunca se pudieron recuperar las cartas que el genio de lo absurdo le remitió a la niña, fue su compañera Dora Dymant quien contó la anécdota y eso le ha servido al escritor Jordi Sierra para redactar un texto en el que las misivas son inventadas.

El libro salió de la imprenta con un Premio Nacional de Literatura debajo del brazo y fue fuente de inspiración para una versión que ayer representaron los actores Xosé Manuel Olveira “Pico”, Lucía Regueira y Rocío González.