Irrumpen de madrugada en una cafetería próxima a los juzgados

Irrumpen de madrugada en una cafetería próxima a los juzgados
La luna destrozada era visible todavía horas después quintana

Al acudir a trabajar como cada día, a las siete menos veinte de la mañana, el personal del Aruba, una cafetería situada en Os Mallos, descubrió una de las lunas rotas, la persiana semibajada y un precinto policial que probaba que las autoridades ya habían estado en el local, convertido en el escenario de un robo con fuerza. El dueño señaló que el individuo que entró en el establecimiento se llevó la televisión de pantalla plana, varias botellas de licor y todo el dinero que había en la caja registradora. En total, estiman las pérdidas en 2.500 euros.
El propietario del local lamentó lo ocurrido. “Normalmente bajamos la persiana cada noche, pero hace dos semanas que no lo hacemos, porque con el verano cerramos más tarde. Y aprovecharon la ocasión”, explicó. El empresario comentó que el cristal de la ventana que reventaron estaba blindado, pero eso no representó un obstáculo para el ladrón, que debió emplear para ello un mazo u otra herramienta pesada, dado que no se encontró en las inmediaciones ningún objeto improvisado (a menudo utilizan registros de recogida de pluviales).

por fernando rey
Tampoco arredró al delincuente que el local se encontrara en la calle de Fernando Rey, muy transitada en todo momento por vehículos que la utilizan para acceder desde San Pedro de Mezonzo a Alfonso Molina. “Podrían haber intentado entrar por la otra fachada (que da a la calle del mariscal Pardo de Cela) pero ni se molestaron”, comenta el empresario, que confía en que las autoridades descubran pronto al allanador.
Los primeros en aparecer por la mañana fueron unos patrulleros que se pusieron en comunicación con el dueño. Dos horas después, pasadas las nueve de la mañana, hizo acto de presencia la Policía Científica, que se encargó de recoger huellas dactilares, especialmente en la caja registradora, donde se hicieron con mil euros en metálico. "Encontraron bastantes", comenta el empresario. Aunque todavía hay que determinar si se trata de las del personal o las de delincuente.
“Estaba todo bastante revuelto, con algunas cosas tiradas, pero no rompieron nada más”, comentó el personal de la cafetería que durante el resto del día mantuvo la persiana bajada para ocultar la luna rota. Ese destrozo, junto con la televisión ausente en una esquina del techo del local, eran los únicos rastros del robo que permanecían a media mañana. “Siempre es igual: lo que les interesa sobre todo es el dinero en metálico pero se llevan también cualquier cosa que puedan vender, como la televisión. No la recuperaremos”, se lamentó el empresario. n

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