La innovación que llega por los carreiros

Tan rompedor como aplicar I+D a la berza. Y recolectar éxitos. Es la fórmula de las empresas que desde el próximo martes y durante tres meses expondrán sus productos en la “pop up store” que el Mercado de la Cosecha acaba de instalar en un céntrico local de Riego de Agua para convertirlo en escaparate efímero de lo que se cuece en una docena de pequeñas empresas del rural gallego que destacan por su capacidad innovadora.
La idea la auspician la Corporación Hijos de Rivera, Gadis y R  dentro de sus programas de Responsabilidad Social Corporativa y se presenta como una apuesta por el desarrollo socieconómico de Galicia y la sostenibilidad del medio rural. Desde el próximo día 21 y hasta el 12 de octubre, la tienda se irá adaptando a cada uno de los participantes para, semana a semana, dar visibilidad a productos de esos que no se pueden producir en cadena, en un espacio de venta que se acompañará de un obrador abierto a talleres, degustaciones y otras propuestas para llegar al público.
Productos como los que ofrece Cortes de Muar, una quesería ecológica asentada en Silleda, que acaba de hacerse con el premio “silver” del World Cheese Award de Birmingham con una de sus elaboraciones. Sus quesos serán los encargados de inaugurar la “pop up store” y, como ayer avanzaba uno de sus impulsores, Germán García, romper tópicos en torno al mercado gallego.
“Queremos hacerlo a nuestra manera. Lo que son artesanos no son los productos, son las personas que hacemos las cosas como queremos”, se expresaba, una idea que concuerda bien con la filosofía del Mercado de la Cosecha, cuyos impulsores se alineaban ayer con la pequeña empresa y el espíritu de estas iniciativas autóctonas, “más que con grandes multinacionales”.

oferta
La oferta de lácteos del Mercado se completa con los quesos, yogures y leche de la empresa Arqueixal, que llega desde la parroquia de Albá, en Palas de Rei. Xosé Luis Carreira hablaba ayer de su propuesta, una granja de 35 vacas basada en el “minifundismo positivo”, y que se ha ido ampliando hasta lograr la recuperación de la aldea para dedicarla al turismo rural con criterios de sostenibilidad. “Non queremos ser un parque temático, senón que o turista se integre na nosa forma de vida tradicional”, apuntaba.
Otra granja, esta en Antas de Ulla, da la materia prima a Pazo de Vilane, conocida por producir huevos camperos de gallinas criadas en libertad. Uno de sus responsables, Juan Pedro Sánchez, hablaba ayer en futuro, de los proyectos que están sacando al mercado, como las mermeladas de tomate, frambuesa y arándano, que pronto producirán de manera ecológica, y que podrán adquirirse en la tienda de Riego de Agua en tres semanas.
La última semana de agosto y la primera de septiembre será para probar galletas; las “mariñeiras” de la empresa chantadina Daveiga y las dulces que ofrece la Granxa Maruxa, asentada también en la comarca lucense da Ulloa, en Cumbraos.
Desde Ourense llega el aceite de Olei, una empresa que, como ayer destacaba su responsable María Estévez, lleva años tratando de recuperar la aceituna brava autóctona y poner en valor la cultura gastronómica y calidad del aceite gallego, desde una perspectiva de sostenibilidad.
La “pop up store” se convertirá a finales de septiembre en sidrería, para promocionar la bebida que elabora en Chantada con manzanas gallegas. Y una semana más tarde, llenará sus copas con los vinos y licores de la “viticultura heroica” de la bodega Ponte de Boga, que asentada en Castro Caldelas mira al Sil para producir sus godellos y mencías.
Y como la apuesta no es solo con la gastronomía, la tienda mutará a mediados de agosto para adaptarse a la oferta de Buxaina, que elabora en madera juegos de mesa tradicionales. En septiembre, será la cestera Idoia Cuesta la que expondrá sus creaciones, que, como ella cuenta, no se comen pero sirven para contener lo que sí se come y para recuperar un oficio que cumplió funciones en el campo y hoy puede rescatarse del olvido adaptado al presente. Y recoger tal cual el leitmotiv del Mercado.