Los incidentes se suceden la primera jornada con la nueva rotonda de La Marina

Los incidentes se suceden la primera jornada con la nueva rotonda de La Marina
La Policía Local ordenó el tráfico en torno a la glorieta recién estrenada javier alborés

Los conductores que circulaban ayer por La Marina se dieron de bruces con la nueva rotonda dispuesta por la Concejalía de Movilidad para tratar de regular el tráfico que se dirige hacia la zona restringida de la avenida de Montoto. Y como siempre, los policías municipales destacados allí tuvieron que enfrentarse a la confusión de los conductores, que no sabían como reaccionar a la novedad. En un corto lapso de tiempo, un camión se vio incapaz de maniobrar, un coche trató de entrar en la calle Real y otro circuló en sentido contrario.
El primer incidente referido tuvo lugar alrededor de las once de la mañana: un enorme tráiler rojo de Norbert Dentressangle se vio obligado a dar la vuelta en la rotonda cuando la Policía Local le indicó que más allá solo podían pasar los vehículos autorizados (transporte público, bicicletas y vecinos con permiso), pero su volumen era tal que no podía hacer un giro tan cerrado y fue necesario que llevara a cabo varias maniobras antes de seguir adelante.
Media hora después, un conductor que quería dirigirse al Abente y Lago, interpretó mal las indicaciones de la Policía Local y quiso llegar al Paseo Marítimo por la calle que flanquea la Subdelegación del Gobierno. Solo la celeridad con la que actuó un agente impidió que acabara en la calle Real. Y unos minutos después, otra policía tuvo que obligar a dar media vuelta a un turismo que circulaba por Manuel Casás en dirección hacia la nueva rotonda, al ignorar que se había cambiado el sentido de la marcha en esa vía, que ahora discurre hacia la avenida del Puerto.

despistes
Debido a problemas como estos, el dispositivo policial trabajó sin parar durante todo el día, tratando de orientar a los conductores despistados. Por ejemplo, aquellos que querían saber a dónde dirigirse una vez fuera del aparcamiento y que no habían visto la rotonda pintada en el suelo.
Había señales de prohibido el paso, pero ninguna que indicara qué vehículos podían pasar, de manera que los conductores se detenían y paraban el tráfico. Un agente les abordaba siempre: “Hola, ¿a dónde va usted?”.

Los incidentes se suceden la primera jornada con la nueva rotonda de La Marina

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