La hostelería prepara una denuncia contra cada panadería que funcione como un bar

La proliferación de mobiliario urbano a las puertas de ciertos negocios que no deberían disponer de él gracias al buen tiempo de este verano ha puesto en alerta de nuevo a la Asociación de Hostelería de A Coruña. El colectivo acusa a una gran parte de las panaderías de la ciudad de excederse en las competencias que tienen autorizadas por su licencia y han pedido al Ayuntamiento que lo investigue. Además, anuncian que en unas semanas denunciarán a todos y cada uno de los establecimientos que estén funcionando como cafeterías y bares sin disponer de los permisos para ello.
“Vamos a denunciar individualmente ante el Ayuntamiento a aquellas panaderías que incumplan su licencia”, advierte el presidente de la Asociación de Hostelería de A Coruña, Héctor Cañete, que asegura que hay “bastantes”. Si no cambian de estrategia, la amenaza que se cierne sobre estos establecimientos es importante puesto que trabajar por encima de lo que les permiten los documentos tramitados por el gobierno municipal puede conllevar desde multas a la clausura del negocio.
Con el objetivo de “atajar” lo que consideran “competencia desleal”, además de las denuncias que se preparan, el colectivo presentó hace unas semanas un “escrito en el Ayuntamiento pidiendo un informe técnico que delimite lo que pueden y lo que no pueden hacer” estos negocios.
Por su cuenta, la asociación está elaborando un listado que incluye a aquellas panaderías que sobrepasan los permisos que tienen concedidos. Incluso, se están estableciendo diferencias por las distintas infracciones que se producen.

un cambio paulatino
El problema del que habla Cañete no son solo las terrazas, pero estas han puesto a los hosteleros sobre aviso ante lo que está ocurriendo en la ciudad.
“A partir de las terrazas nos hemos encontrado que las panaderías se están convirtiendo en cafeterías de facto”, asegura. Según el representante del sector “muchas de ellas ya no solo venden café y pan sino que ofrecen refrescos, tapas e incluso tienen servicio de camareros uniformados fuera”.
No es difícil, si un ciudadano piensa un poco, darse cuenta de la existencia de varias decenas de estos establecimientos repartidos por los distintos barrios de A Coruña. El representante de los empresarios comenta que, tal y como está la norma, las panaderías solo están facultadas para colocar dos o tres mesas para degustar sus productos pero no para vender refrescos y ciertos alimentos, como lo están haciendo en la actualidad.

adaptar sus permisos
“Si tienes tapas y sandwiches y cosas así eres un bar y te estás extralimitando en tus funciones”, critica. Y les recuerda a sus responsables que si quieren trabajar con cafeterías deberían tramitar las licencias correspondientes pues de otra manera están operando con ventajas sobre los cientos de hosteleros de la ciudad. “Las licencias de uno y otro negocio no tienen nada que ver”, afirma Cañete. Y es que para adaptarse a la situación del resto de locales y competir en igualdad de condiciones tendrían que tener un proyecto técnico, pagar las tasas municipales –que son más altas para los establecimientos de hostelería propiamente dichos porque incluso costean una de Actividad molesta, nociva e insalubre– y esperar a que se tramite la documentación.
Además, habría que insonorizar el local, asegurar el acceso a personas con discapacidad y tener “mínimo 60 metros cuadrados en el interior” para no funcionar como “una cafetería encubierta”. Así las consideran de momento en la patronal provincial pues, con los costes reducidos por pagar por una actividad que luego amplían a su gusto, “pueden vender el café u otros productos más baratos” que el resto de los bares.