Gardacostas define O Portiño como “una espina clavada”

Si en la ría de O Burgo las autoridades han conseguido grandes progresos contra el furtivismo, la zona de O Portiño, donde se faena ilegalmente el percebe, está resultando un hueso más duro de roer, como el propio subdirecto xeral de Gardacostas admite. Según las estimaciones de Lino Sexto, la presión policial ha conseguido rebajar esta actividad “quizá en un 20 o un 30% como mucho”. No es demasiado si se lo compara con lo conseguido en otras zonas de la costa gallega, pero O Portiño tiene su propia idiosincrasia que hay que valorar. “Es una espina que tenemos clavada porque el problema va mucho más allá del furtivismo, y se adentra en el terreno del orden público.
 “En otro sitios llegas, les llamas la atención a los furtivos, y tiran el marisco. No se enfrentan contigo”. En cambio, en O Portiño no solo no colaboran con las autoridades, sino que se enfrentan a ellas de forma agresiva.  “Tenemos un problema muy serio porque hay ahí un asentamiento chabolista muy importante. Sin policía no puedes ir, porque te baja inmediatamente la mitad del poblado”, señala. Por su experiencia en estas lides, Sexto sabe que trabajar en O Portiño requiere montar un gran dispositivo: “no puedes ir allí solo con cuatro o cinco policías porque no es la primera vez que nos pasa eso”.
Hay que tener en cuenta que en el plan de furtivismo forman parte 35 agentes, que tienen que distribuirse por toda la costa gallega, así que no pueden concentrarse en O Portiño, sobre todo porque, como dice el propio Sexto, “cuando la marea baja, lo hace en todas partes”. Así que muchas veces se encuentran en minoría y la situación puede degenerar en peligro para los propios agentes.
“Se hacen operativos, se decomisa, pero tenemos más problemas”, aclara. Por otro lado, no se puede recoger percebe todos los días del año. Hay zonas a las que solo se pueden llegar con una embarcación y cuando las condiciones climatológicas lo permiten. Y hay otra diferencia: el furtivismo del percebe, aunque es grave (muy grave) sobre todo para los profesionales que ven sus medios de subsistencia afectados, no tiene los mismos peligros sanitarios que puede tener un bivalvo con toxina.