“Las familias no tienen porque inmolarse por un hijo con discapacidad”

“Las familias no tienen porque inmolarse por un hijo con discapacidad”
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Aspronaga cumple este año medio siglo pero como apunta su presidente, Álvaro Martínez García, en la publicación que se ha editado para conmemorar la efeméride, no es el momento para pararse y echar la vista atrás, si no para seguir mirando hacia adelante y avanzar lo más rápido posible en la inclusión social.

Podríamos comenzar haciendo un poco de historia. Casi todo el mundo conoce Aspronaga, pero seguramente desconozcan sus inicios.
Aspronaga nació hace 50 años, en 1962 por iniciativa privada cuando no había absolutamente nada, ni en A Coruña, ni en España. De hecho es la sexta o séptima asociación que se crea en España. Había un enorme vacío y por iniciativa de unos padres se proyecta una entidad a través de la cual se pueda ayudar a sus hijos discapacitados. Lo primero que crean es un colegio, compran un chalet en la Ciudad Jardín que actualmente es un centro de educación especial por el que a lo largo de estos cincuenta años han pasado centenares de personas. Y a lo largo de los años se han ido creando talleres ocupacionales, residencias tuteladas y finalmente un centro residencial para personas gravemente afectadas. Actualmente hay unos 300 usuarios y trabajadores 160. Es la asociación más grande de Galicia y la más antigua.

Cuando usted comenta que no existía nada ¿quiere decir que se mantenía a estas personas totalmente apartadas?
Hay una anécdota que refleja muy claramente su situación. Cuando estos padres constituyeron la primera junta directiva de la asociación, algunos cuentan con contactos políticos y buscan el apoyo de la administración para crear algo, porque insisto que no había nada. Y la respuesta que reciben de uno de los políticos de aquella época, hablamos del año 62 o 63, es \“con esta gente lo mejor que se puede hacer es confinarla en el castillo de San Antón\”. En aquella época eran menos que nada. Ahora la sociedad ha evolucionado de una manera radical y hoy estas personas ya están incorporadas con total normalidad.

¿Qué necesidades considera que tienen estas personas?
Lo primero que debemos tener claro es que las personas con discapacidad intelectual tienen unas necesidades de apoyo diferentes. Por eso tenemos centros ocupacionales donde pueden desarrollar actividades casi laborales; centros de día para aquellos que ya son mayores o su actividad es más moderada o prácticamente lúdica, y después están los centros para los gravemente afectados que, acompañados por el personal laboral, se dedican a pasear por los jardines. Lo mismo podría decir de los más pequeños: los hay que alternan el colegio con el centro y los que se encuentran aquí de manera permanente. Es importante el mensaje de cada persona tiene unas capacidades distintas y también difieren sus necesidades.

El hecho de que cada usuario tenga unas necesidades distintas implica que ¿la labor con ellos sea más difícil?
Sí. Por supuesto que tener que programas distintos para cada persona provoca que la labor sea más complicada pero como contrapartida está el beneficio que obtiene el usuario cuando se le hace una planificación diseñada en función de sus capacidades.

Pero esto debe implicar que Aspronaga disponga de un personal muy cualificado.
Sesenta personas trabajan aquí. Hay logopedas, psicólogos y médico. Es personal muy especializado y abundante. La ventaja de ser una asociación grande y con muchos usuarios permite disponer de estas condiciones. El coste se puede asumir.

¿Cuáles son sus fuentes de financiación?
Nosotros nos financiamos por diversas fuentes. En primer lugar por la administración, después por las aportaciones que realizan los usuarios y también por donaciones que realizan los socios protectores.

Uno de los objetivos de Aspronaga es la integración laboral. Hable sobre ello.
La integración laboral es un objetivo para algunos usuarios, pero no es para todos. Sería una utopía que con los medios que contamos en estos momentos pudiésemos lograr que todos los usuarios encontrasen un trabajo en el exterior. Y debo decir que no tiene porque ser frustrante que no lo encuentren porque aquí también realizan labores que les satisfacen.

Hablando de trabajo ¿se está notando la crisis?
La crisis se está notando en nuestra actividad laboral. Nuestro principal cliente que era La Toja Cosméticos se ha ido. Fue un cliente fiel durante muchos años y se ha ido. Eso por una parte. Por otra, la Xunta ha acortado aportaciones. Sin embargo, tenemos que decir que el Gobierno autonómico ha mantenido los contratos que tiene con nosotros y es justo decirlo. Las retribuciones son más bajas que en otras comunidades pero estamos mejor. Prefiero que sea más baja y que se pague, que sea más alta y no se pague. Asimismo, la crisis se está notando en las familias y en el entorno de los usuarios ya que han tenido que recortar gastos.

Aspronaga no se limita a los usuarios, sino que también se ayuda a sus familias.
Esa es una cuestión muy interesante. Con la evolución del movimiento asociativo nos hemos ido dado cuenta de que no tan solo precisan apoyo las personas con discapacidad sino también sus familias, porque también requieren de ayuda para desarrollar sus vidas. Tenemos así el programa \“Respiro familiar\”, que son viviendas tuteladas para los usuarios de modo que sus padres o tutores puedan disfrutar de unas vacaciones. Pero también ofrecemos asesoramiento para que los padres comprendan mejor la discapacidad de sus hijos. Las familias no tienen porque inmolarse por sus hijos sino que deben de llevar la situación de la mejor manera posible y disfrutar de una vida normal. n

“Las familias no tienen porque inmolarse por un hijo con discapacidad”

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