La Fábrica de Armas empleará a 155 trabajadores en su primer año

La Fábrica de Armas empleará a  155 trabajadores en su primer año
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La concesión de la Fábrica de Armas ya es cosa hecha: el viernes, los responsables de Hércules Armamento recibieron la notificación de Defensa informándoles de que era suya durante los próximos 15 años después de que su oferta de 250.000 euros anuales desbancara a la de IFFE, de 221.000. “En un cuarto de hora habíamos enviado la transferencia”, explicó Juan Gómez, el impulsor de la iniciativa. Él y  Ramón Mejuto, el nuevo director, son los dueños a partes iguales de esta sociedad, formada ex profeso para optar al concurso. Gómez quiso dejar claro la solidez de su plan empresarial: “En un año, esperamos contar con 155 trabajadores y conseguir un beneficio de entre 12 y 20 millones de euros”.
Pero eso será dentro de un año. Quedan por delante los tediosos trámites burocráticos antes de ponerse realmente en marcha. Existen cinco certificados ISO que hay que reunir, uno de ellos, el Pecal/AQAP 2100, “absolutamente fundamental para la producción de armamento”, como señaló Mejuto. Conseguirlos todos llevará entre cinco y seis meses, periodo durante el cual solo trabajarán en la fábrica de Pedralonga entre  18 y 20 personas, las encargadas de poner a punto la planta.
Pero, una vez finalizado este trámite, los planes de  Hércules Armamento apuntan a una rápida expansión. Se va a reorganizar el interior de la fábrica para concentrar la producción, mejorar la productividad y ahorrar costes, dado que la antigua Santa Bárbara cuenta con una superficie de 127.943 metros cuadrados y 22 edificaciones.
A los 155 trabajadores del primer año esperan incorporar otros 200 el segundo, puesto que ya tienen más de ocho preacuerdos y contratos documentados (cuyos certificados aportaron a Defensa) que les aseguran una importante carga de trabajo. “Además, tenemos otro seis contratos más a negociar”, apuntó Gómez. Mejuto, por su parte, antes de levantar una gruesa carpeta: “Este es nuestro plan de negocios. Por eso no entiendo cómo se puede dudar de él cuando tuvimos una reunión con los trabajadores y se lo expusimos a quien quiso. Nos quisieron encapsular como la propuesta de la CIG, pero no es cierto”.
Mejuto se refería a los antiguos empleados de la Fábrica de Armas que mantuvieron una campaña constante en defensa de sus puestos desde que General Dynamics anunciara el cierre en febrero del año pasado. Los responsables de Hércules de Armamento señalaron que todos los que lo deseen podrán optar a los puestos de trabajo “sin dar preferencia a nadie”. “Lo que buscamos, es sobre todo, la cualificación y el talento. No queremos perder ni un ápice”, señaló Mejuto”. Y es que en una industria tan exigente como la armamentística, será necesario formar dentro de la misma planta al personal adecuado para tareas muy específicas, por lo que pretenden poner en marcha una escuela de formación el próximo año.
Gómez anunció también la intención de reunirse tanto con el Ayuntamiento como por la Xunta para darse a conocer, aspecto en el que su competidor, el Grupo IFFE, hizo más hincapié durante la carrera por la concesión. El propio alcalde, Carlos Negreira, reconoció que desconocía la propuesta de Hércules Armamento.
“Entendemos la respuesta municipal. Cada uno ha trabajado desde su postura pero todos teníamos en mente la idea de la reapertura de la planta por el bien común”.
Mejuto señaló que si General Dynamics, el tercer conglomerado industrial en el sector armamentístico, abandonó la planta, no fue porque no fuera rentable, sino porque no encajaba en su estrategia macroeconómica.  En cambio, si todo marcha de acuerdo con los planes trazados, la Fábrica de armas se convertirá “en un corto plazo de tiempo”, en referente de la investigación tecnológica, y contará incluso con patentes propias” que lo convertirán en un referente gallego. 

La Fábrica de Armas empleará a 155 trabajadores en su primer año

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