La expedición Balmis, un referente humanitario

La expedición Balmis, un referente humanitario
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Hace unos días se cumplieron 211 años de la primera expedición humanitaria internacional contra la viruela, que portaba la vacuna para combatirla. El viaje se realiza a bordo de la Corbeta coruñesa “María Pita”, propiedad de “Tabera y Sobrinos” y se lleva a cabo el 30 de noviembre de 1803, al mando del Capitán de Fragata, Pedro del Barco de la Zendeja, natural de La Coruña.
En la embarcación viajan un total de dos cirujanos, cinco médicos, tres enfermeros y 22 niños, cuyas edades oscilaban entre los 8 y 10 años, que procedían de la Casa de Expósitos del Hospital de la Caridad de la ciudad coruñesa. En esta travesía irá también la rectora de dicha casa de expósitos, doña Isabel Zendalla Gómez, que se convierte en la primera enfermera internacional en la ayuda humanitaria de la historia. También era rectora de la inclusa de Santiago de Compostela, la cual se encarga del cuidado de los niños que portaban en sus brazos la vacuna, con ella viaja su hijo natural Benito Vélez, aunque muchos historiadores lo estiman como adoptivo, a quien acompaña en toda la travesía. Isabel Zendalla o Zendall, había nacido de Santa María de Parada, arzobispado de Santiago.

brazo a brazo
La expedición se inicia bajo la dirección del cirujano Francisco Javier Balmis y Berenguer, natural de Somorrostro (Vizcaya) quien llega a La Coruña para organizarla, siendo encomendado por la Corona como director de la expedición filantrópica de la vacuna de la viruela a América, lo que se considera como una de las mayores hazañas médicas españolas de la historia universal. Al que acompañaba como ayudante, el también cirujano José Salvany Lleopart.
Para mantener viva la eficacia de la vacuna, se transfiere el virus de niño a niño, lo que entonces se denominaba la técnica de brazo a brazo, según el procedimiento de Jenner. También se transportaba una reserva de linfa de vacuna, que se guardaba entre placas de vidrio sellado, la expedición sería financiada por la Corona, siendo entonces rey de España Carlos IV.
La primera escala del viaje será Puerto Rico, lugar en donde ya se había introducido la vacuna, una vez en el continente americano, la expedición se divide en dos grupos en la capital venezolana de Caracas, uno de ellos al mando del propio Balmis, marcha a La Habana (Cuba) para posteriormente dirigirse a Nueva España, Campeche, Veracruz y Guatemala. Una vez finalizada la campaña de México, embarca en Acapulco donde toma otros 26 niños, que llevará a Manila (Filipinas) una vez completado el recorrido por la América Central, atraviesan el Pacífico y llegan a Filipinas el mes de abril de 1805 donde difunde la vacuna, luego lo hará en la colonia portuguesa de Macao y Cantón, (China) Santa Elena y por último recalan en Lisboa el mes de agosto de 1806, para regresar finalmente a España, dando de este modo la vuelta al mundo por vía marítima, llegando en el mes de septiembre del señalado 1806, casi tres años después de su partida.
La segunda expedición, queda al mando de Salvany y cubre el territorio de Venezuela, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú, Chile y Bolivia, su trabajo durará siete años, esta será una expedición más prolongada que la de Balmis y a su vez bastante más penosa, ya que durante aquella travesía se produce el fallecimiento del propio Salvany, acaecida en Cochabamba el 21 de julio de 1810.

La primera enfermera
Isabel Zendalla o Zendall, está considerada como la primera enfermera de la historia en misión humanitaria internacional, así lo reconoce la Organización Mundial de la Salud, desde el año 1950 y lo atestigua el Premio Nacional de Enfermería, que desde 1974, concede el Gobierno mexicano, que lleva el nombre de esta distinguida enfermera.
En reconocimiento de esta expedición humanitaria, se colocó una placa de bronce en la fachada ocupada por los prácticos del puerto de La Coruña que dice: “El año de 1803 salió de éste puerto el doctor Francisco Javier de Balmis al frente de humanitaria expedición que llevó a México la vacuna contra la viruela. Los médicos mexicanos de la generación 1919-1924”.
Pese a su importancia histórica, las autoridades coruñesas no han sabido sacar provecho de este acontecimiento tan importante que supuso la expedición para la ciudad de La Coruña. El que supone haber logrado un hito sin precedentes en el ámbito mundial en la ayuda humanitaria y que sentó las bases de lo que hoy se conoce  como tal ayuda.

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