Las excavadoras levantan en la playa un muro de 362 metros contra el mar

Aunque cueste creerlo, el verano ha acabado, y es necesario prepararse para los oleajes invernales producidos por las ciclogénesis explosivas que rutinariamente golpean la costa. Así que la Concejalía de Medio Ambiente ha decidido vestir de invierno a los arenales de Riazor y Orzán levantando un año más las tradicionales dunas de protección. En total, serán 23.300 metros cúbicos de arena las que muevan dos buldozer y un tractor.
Las obras durarán una semana y cuando hayan finalizado, el Paseo Marítimo estará protegido por una duna de 362 metros de largo que abarca desde la Coraza hasta la zona del Playa Club. La protección que ofrecen las dunas se ha puesto en tela de juicio en varias ocasiones, cuando el oleaje  ha sido lo bastante fuerte para rebasarla y anegar el Paseo Marítimo. Esta escena se repitió a principios de año en varias ocasiones, causando graves destrozos en las infraestructuras más expuestas.
Por el momento, no hay peligro de que esta situación se repita, porque los informes meteorológicos pronostican para el fin de semana una bajada de las temperaturas, y no una ciclogénesis, pero los expertos apuntan a que ahora las dunas son más que nunca una necesidad: “Sobre todo en la zona de Riazor, donde ni siquiera hay una barandilla. Allí las dunas son lo único que separa a la gente del mar”.
Y es que el plan de la Concejalía de Infraestructuras pasa eliminar cualquier obstáculo entre la calzada y la playa, puesto que la diferencia es en algunos tramos de solo algunos centímetros, y construir una escalinata de hormigón en la zona más cercana a la Coraza, de manera que se pueda circular libremente.
Sin embargo, las dunas tampoco son más que una solución temporal, porque el continuo oleaje las allana. Es previsible que las máquinas vuelvan a Riazor antes del verano.