El empujón laboral que los jóvenes coruñeses necesitan aún dispone de plazas sin dueño

El empujón laboral que los jóvenes coruñeses necesitan aún dispone de plazas sin dueño
Paula Rivera consiguió un empleo en el supermercado Eroski de Los Rosales pedro puig

Hace falta una importante bolsa de empleo juvenil en A Coruña pero, aún así, muchas de las plazas del Programa Integral de Cualificación y Empleo (PICE) del Estado, cofinanciado por el Fondo Social Europeo, se quedan sin dueño. La Cámara de Comercio, que se encarga de acercar el plan, lamenta que la información no llegue hasta los destinatarios adecuados. Sobre todo porque los alumnos que han aprovechado los cursos han entrado de cabeza en sus nuevos proyectos profesionales.
Los protagonistas son los que cuentan su realidad actual. En el PICE participan actualmente alrededor de 545 jóvenes a través de la institución cameral, de los que muchos han dado el salto a la vida laboral activa gracias a que las empresas reciben una ayuda directa de 1.500 euros por cada contrato que formalizan. El único requisito es que esas rúbricas tengan al menos una validez de seis meses.
En el caso de los trabajadores, el trámite previo a alcanzar el proceso de formación es estar dados de alta en el Sistema Nacional de Garantía Juvenil.
“Me llamaron de la Cámara por sorpresa para preguntarme si me interesaba hacer el curso”, cuenta Paula Rivera, que desde hace unas semanas trabaja en un supermercado de Los Rosales. La joven explica que como estaba sin trabajar ni estudiar se animó a probar suerte y vivió un solo día de teoría, tras lo cual dio el salto al mercado laboral en prácticas. “Me explicaron como iba la caja y el primer día a las dos o tres horas ya estaba sola porque es muy mecánico”, cuenta. Tenía que pasar un total de dos semanas en proceso de formación pero el día de la despedida ya la llamaron para hacer un contrato más formal.
Muy contenta con los resultados, Rivera afirma que habló “con dos compañeras que estuvieron conmigo a las que también cogieron”, por lo que “animaría a la gente para tener la oportunidad de empezar”.

troncal y específica
Miguel París también se muestra muy satisfecho de lo que ha logrado con solo decidirse a recibir una formación específica. “Llegué a ellos por un amigo que hizo el PICE y pasé primero la formación troncal de tres semanas para, luego, hacer un curso de carretillero que es un requisito que te piden muchas empresas”, recuerda.
De eso, de todos los estudios de riesgos laborales y demás, ya hace siete meses. Los mismos que lleva trabajando a turnos en el departamento de electricidad de Alcoa. Héctor Martínez, empleado en la empresa Genesal del Polígono de Bergondo, también compartió formación troncal para luego pasar por un módulo de inglés y asumir nuevas competencias digitales. “Para mí lo más interesante fue aprender las competencias sociales en las que te enseñan como enfrentarte a una entrevista de trabajo, qué decir y qué no a las personas de recursos humanos”, destaca.
Acorde a sus estudios previos aprendió un poco más de marketing y ventas online para sumarse “hace poco más de tres meses” a la plantilla de la empresa. Dice que está “muy contento” y espera continuar en el negocio en el que le dieron esta oportunidad laboral. Además, anima a todos los jóvenes desempleados de menos de 30 años (el rango de edad que cubre el plan) a contactar con la Cámara como paso previo a tener un empleo.

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