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viernes | 24 mayo | 2024
El Paseo Marítimo se someterá a una segunda reforma. Menos de un año después de que se llevase a cabo el cambio de pavimento entre el Orzán y las Esclavas, el gobierno local planea ahora reformar el tramo comprendido entre la calle del Sol y la fuente de los Surfistas para habilitar otro tramo más de carril bici.
La nueva senda destinada a las dos ruedas será igual a la que se habilitó entre la calle del Sol y la fuente de las Catalinas durante la remodelación que se llevó a cabo el año pasado. En ese momento se decidió aprovechar los trabajos del cambio de pavimento para dividir en dos el espacio reservado tradicionalmente para los peatones, y habilitar así una senda destinada a las bicicletas, delimitada por el propio mobiliario urbano y con un pavimento diferente.
La creación de este carril permitirá a los ciclistas disponer de un paseo ininterrumpido desde Riazor hasta O Parrote, pasando por la Torre de Hércules y Adormideras. Según el gobierno local, los trabajos se licitarán en septiembre, una vez finalice la temporada de playa, y servirán, además, para acometer la reforma del pavimento del mismo tramo, entre la calle del Sol y los Surfistas. De hecho, esta parte del Paseo es una de las que se encuentra en peor estado, con baldosas sueltas y numerosos parches.
La intención de la Concejalía de Infraestructuras es que los trabajos se pongan en marcha en el primer trimestre de 2014, con el objetivo de poder estrenar el nuevo tramo antes de la temporada de verano de este mismo año. El proyecto que está elaborando el departamento que dirige el teniente de alcalde Martín Fernández Prado seguirá las directrices establecidas en el concurso de ideas que convocó en 2011 el Ayuntamiento para rediseñar la Ensenada del Orzán.
Con esta actuación, el Ayuntamiento completará la reforma que llevó a cabo el año pasado, entre marzo y junio, para remodelar el pavimento del Paseo a lo largo de los arenales de Riazor y el Orzán, que presentaba numerosos desperfectos.
Los trabajos tuvieron un coste de más de 700.000 euros y permitieron actuar sobre una superficie de 1,4 kilómetros. El proyecto sirvió para sustituir las baldosas de color crema por un pavimento de hormigón impreso más resistente. Se buscó una nueva ubicación para el mobiliario urbano, se delimitó el carril bici y se modificaron las entradas peatonales al aparcamiento subterráneo. En lugar de los bloques de hormigón y piedra se instalaron barandillas de acero inoxidable.
A esta actuación se sumó una segunda a finales de verano para sustituir la barandilla de piedra por otra de acero inoxidable entre Las Esclavas y Riazor menos “agresiva”.
