Las desconexiones de alarmas molestas se septuplican por la proliferación de estos aparatos

Las desconexiones de alarmas molestas se septuplican por la proliferación de estos aparatos
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La inseguridad provocada por el alto número de robos a viviendas en A Coruña (que crecieron un 65% solo en el último año) lleva a muchos propietarios a instalar alarmas para sentirse más seguros en sus hogares y negocios. En el lado negativo, esta precaución  también provoca algunas molestias: los bomberos tuvieron que desconectar durante el año pasado 92 aparatos que emitían un sonido que molestaba a los vecinos, siete veces más de los que tuvieron que desactivar en 2012. En realidad, es la cifra más alta que se ha registrado bajo este epígrafe en las estadísticas municipales.
Fuentes policiales señalan que esto es una consecuencia directa del incremento de la inseguridad, pero desde la Asociación de empresas de Seguridad de Galicia, su presidente, Rodrigo Lage, matiza este dato: “Es cierto que durante la crisis no ha dejado de aumentar la venta de alarmas, pero desde hace dos años se ha estancado, porque ahora nos encontramos en su etapa más dura y la gente no tiene dinero siquiera para eso”. Según las estadísticas a nivel autonómico, la venta e instalación de esta clase de dispositivos ha caído cerca de un 30% en lo que va de año, un hecho al que no es ajeno tampoco las denuncias de competencia.
Lo que realmente ha disparado las alarmas no es el hecho de que durante 2013 se hayan instalado más, según Lage, sino que ahora los usuarios se están desconectando de las  Centrales Receptoras de Alarmas (CRA) desde donde se controlan las incidencias cuando surgen. En el caso de que un sistema se active sin ningún motivo, en la caja del dispositivo existe un número de teléfono al que los vecinos o la propia Policía pueden llamar para pedir que se desactive.
 Pero lo más caro a la hora de contar con un sistema de seguridad no es instalarlo, sino pagar cada mes para estar conectado a una CRA. De esta manera, aunque el público no ha dejado de instalar alarmas desde que comenzó la crisis y con ellas el aumento en el número de viviendas asaltadas, se trata de instalaciones precarias. “No hay nada contra la ley en el hecho de instalar una alarma que no esté conectada a una CRA –reconoce Lage– pero entonces tienes dejar en la propia alarma un número de teléfono donde se te pueda localizar. Cuando no hay manera de encontrar al dueño, entonces los vecinos llaman a los bomberos para que la desactiven”.
 
antiincendios
Otro motivo por el que han crecido las desconexiones de alarmas han crecido tiene que ver con el estallido de la burbuja inmobiliaria. Muchos edificios nuevos cuentan con sistemas de alarmas antiincendios, de acuerdo con las nuevas normativas, y fuentes del Ayuntamiento señalan que en el caso de los edificios abandonados, no reciben el adecuado mantenimiento, lo que redunda en más llamadas de alarma, aunque también el mantenimiento de algunos edificios que sí están habitado también se ha descuidado, a pesar de las labores de prevención.
De hecho, las alertas que recibieron los bomberos y que después resultaron ser falsas al pasar de 35 a 134 en solo un año, lo que es un despegue espectacular si se tiene en cuenta que la segunda cifra más alta que reflejan las estadísticas es de 2007, cuando solo se habían registrado 63 falsas alarmas. 

Las desconexiones de alarmas molestas se septuplican por la proliferación de estos aparatos

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