La dama encuentra al vagabundo en una calle de la Sagrada Familia

Cuando todo va mal, una de las cosas que puede sacarte del arroyo es el amor de una buen mujer. Si esto es cierto en el caso de los humanos, lo es aún más en el de los perros, porque la mayor parte de los que caminan sobre dos patas necesitan algo más que los veinte días que pasaron desde que “Hoomer” fue encontrado en una calle de la Sagrada Familia hasta que se fue a vivir con Lorena, su nueva dueña.
El cocker spaniel estaba atado a una verja de la calle Cisnero cuando ella lo encontró y decidió llamar a Servigal, la empresa que se encarga de gestionar la perrera municipal. En ese momento, “Hoomer” presentaba un aspecto lamentable, sucio y con el pelo tan crecido que formaba rastas, y los laceros se encargaron de él, como se encargan de casi 800 animales al año.
El perro de diez años fue trasladado a las instalaciones de Bens donde se le cuidó y comprobó que tenía un microchip en la oreja, pero que no se había dado de alta en la base de datos, así que fue necesario recurrir a la ayuda vecinal para localizar al dueño, que informó de que no podía hacerse cargo de él.

adopción
En Servigal están acostumbrados a buscar dueño a los perros extraviados. Lo consiguen en casi el 70% de los casos, 16 solo en septiembre, aunque pocas veces es tan fácil como con Hoomer” porque Lorena acudió a las instalaciones de Bens acompañada de su hija y una amiga para informarles de que estaba interesada en darle un nuevo hogar.
Tras los 20 días de rigor, que es el plazo que el dueño tiene para ejercer sus derechos, el veterinario de las instalaciones entregó el animal a Lorena y le comunicó las últimas instrucciones que debía seguir para que se recuperara del todo aunque ella ya tiene una mascota, una perra lalamdo Nora. Según parece, “Hoomer” no dejaba de mover el rabo en señal de alegría, y tenía buenas razones para hacerlo: como en una película, la dama había vuelto a encontrar al vagabundo, aunque esta vez en la Sagrada Familia. n