Cuando la vida se deslizaba en cinta

Cuando la vida se deslizaba en cinta
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Porque el cine doméstico ha guardado durante años secretos sobre la forma de ser de un país, un grupo de asociaciones y particulares se reunían el año pasado en Murcia para poner sobre la mesa una base de datos, la RED, que les dé cobijo a las cintas de Súper 8 y de videocámara que sus propietarios quisieron ceder a la memoria colectiva. Sobre historias privadas que se convierten sin querer en las de todos.
Cuenta el responsable de la mostra (S8) de cinema periférico, Ángel Rueda, que la cita ha tratado de recuperar este legado con ejemplos de lo que se pudo hacer sin conocimientos de técnica y que hoy hablan de que un cumpleaños en los años 70 se celebraba de igual forma aquí que en Albacete. Ellos cogían el jueves y el viernes el testigo murciano para propiciar dos jornadas en las que seguir avanzando. Para que todo el material esté clasificado bajo un mismo prisma y para llamar la atención de instituciones públicas que han empezado a darle a estos documentos la importancia que tienen.
Rueda cuenta que en Galicia su conservación se debe a iniciativas particulares. Que la administración todavía no le ha quitado la etiqueta de “amateur” salvo la tentativa de reagruparlo que tuvo la Axencia Audiovisual en 2008 y que quedó en nada.
El resto es la suma de conciencias que no han querido que estos tesoros se pierdan como el colectivo coruñés Lili Films, que fue pionero en el estado y le puso  voz a imágenes curiosas. En algunos sitios como Extremadura, la Junta ha empezado a trabajar en ello a través de su filmoteca. Una representación se pasó por la ciudad para contar su experiencia. Con el objetivo de que otros se puedan alimentar de ella, la delegación extremeña quiso mostrar un trozo de lo recuperado. Curiosamente, contaba Rueda muchas de las cintas eran de ficción. De aficionados que hicieron sus cortos para compartirlos con los amigos.
En el evento que transcurrió en La Normal se pudieron ver estos montajes junto a documentos únicos sobre festejos tradicionales de la comunidad de Murcia y joyas en altamar traídas a tierra y restauradas por el grupo Socheo,  de A Guarda. En el espacio también se dieron nociones básicas de conservación para que las cintas no sufrieran daños. Clara Sánchez impartió una charla acerca de la restauración.
Otro de los puntos fue la digitalización. Rueda explicaba que es esencial ya que proyectar cada trabajo es un riesgo. Con el magnífico ejemplo de la exposición sobre el archivo familiar recuperado en Japón antes del tsunami, los asistentes entendieron lo que significa el cine doméstico. Porque cuando los organismos se preocupaban de conservar las grandes películas, otros filmaban la vida diaria. Las cosas pequeñas que se sucedían en los 40, 50 y 60 y las que vinieron después con la cámara.

Cuando la vida se deslizaba en cinta

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