Cruz Roja repartió un 20% más de ayudas para el pago de la luz en 2014

Uno de los problemas más graves a los que se enfrentan las personas golpeadas por la crisis es la falta de recursos para mantener su hogar a la temperatura adecuada (unos 18ºC en invierno). En Cruz Roja comprenden bien este problema porque el año pasado aumentaron en un 20% las ayudas que reciben a las personas que se encuentran en riesgo de exclusión social y con las que trabajan, subida que afecta a más de 200 familias de la provincia. La directora de inclusión social, Pilar Bonigno, señaló la gravedad del tema porque “afecta precisamente a las personas más vulnerables. Muchas de ellas viven en edificios con deficiente aislamiento”.
Cruz Roja está acostumbrada a trabajar con personas que se encuentran en una situación precaria. “No se trata de que alguien venga, pida ayuda y se la demos, hay un itinerario que cumplir”, explica Bonigno. Lo que hace la institución humanitaria es canalizar las ayudas provenientes del IRPF hacia donde pueden ser de más utilidad, y para eso es necesario revisar caso por caso: “En la mayor parte de los casos no pagamos más tres facturas, y para eso exigimos toda una serie de documentación”.
En otros casos, los más graves, ni siquiera pueden ayudar. “Si alguien nos viene con ocho facturas impagadas es muy poco lo que podemos hacer, porque el van a cortar la luz o el gas aunque le paguemos tres mensualidades”, se lamenta la director de inclusión social.

un 33% de la tercera edad
Quizá lo más grave es que muchos de los que necesitan esa ayuda sean personas mayores, jubilados con muy escasos medios, en torno a un 33%, y que se ven más perjudicados por no poder mantener caliente su casa. La razón es que su salud es más delicada y el frío y la humedad agravan patologías como asma,  bronquitis o neumonía.
Tras un par de años muy duros, en las que la situación parece haber tocado ya fondo, falta por ver cuándo remontará y se empezará a notar una verdadera mejoría, algo que resulta muy difícil de determinar. En Cruz Roja no se atreven a hacer un pronóstico para 2015 pero, a pesar de las cifras macroeconómicas esperanzadoras, no son muy optimistas, porque estos datos tardan en tener un reflejo a nivel de la calle. “A una persona le cuesta mucho salir de la zona de riesgo de exclusión social y volver a lo que consideraba normal”. Tampoco saben cuánto tiempo se podrán mantener las ayudas de IRPF.