“En A Coruña la necesidad se nota mucho más ahora que hace cuatro años”

“En A Coruña  la necesidad se nota mucho más ahora que hace cuatro años”
Copia (2) de El Ideal Gallego-9999-99-99-999-22eaea56

Ha pasado por los más diversos cargos dentro del Banco de Alimentos Rías Altas pero nunca se había enfrentado a tal volumen de trabajo administrativo como el que tenía su predecesor, José Luis Castro-Acuña. Al nuevo presidente, Luis Camba, le gustaría ejercer como tal sin abandonar el almacén.

¿Desde la presidencia se ven las cosas muy distintas?
No, quizá con más trabajo, pero realmente en el almacén ahora  estoy muy poco.

Si no está entre alimentos, ¿cuál es su labor?
Me encargo de todas las relaciones institucionales. Por ejemplo voy a los ayuntamientos, a empresas, como Isidro de la Cal, cuando me llaman por algún producto que no ha podido salir y nos lo donan o intento hacer convenios para ver si nos dan alguna subvención. También tengo que escribir las cartas de agradecimiento... Estoy buscando a un relaciones públicas para que se ocupe de esto y poder estar en el almacén pero no lo encuentro porque comprendo que la gente, una vez que se jubila, no quiere seguir trabajando. Yo tengo mucho más trabajo que antes.

¿Han cambiado las líneas de trabajo que marcó su predecesor?
No, solo se va mejorando lo que hizo porque fue una labor impresionante de crecimiento que era muy difícil y él supo hacerla. Consiguió algo que nadie pensaba que se podía conseguir, pero nos faltan las bases. No teníamos una lista de voluntarios bien hecha, teníamos voluntarios ocasionales, pero queríamos un fichero de 1.500 para echar mano de ellos cuando se quiera y ellos puedan, y ya lo hemos hecho. También tenemos que buscar el dinero para pagar la nave nueva  que hemos alquilado en Meicende. Una de mis misiones es buscar personas que nos puedan ayudar económicamente.

¿Las empresas siguen siendo tan generosas como lo eran cuando comenzó la crisis? ¿Y los particulares?
Más, la gente es incluso más solidaria ahora que hace cuatro años. Hablo de A Coruña pero también de Betanzos, Arteixo, Corcubión, Coristanco, Malpica... que es dónde también atendemos a entidades.

Dicen los expertos que la macroeconomía mejora, ¿palpan eso en la calle?
No, ahora es cuando se apuntan más entidades. Las personas que quedaron en paro hace cuatro años no cobran nada desde hace dos y a los mayores de 55 búscales un trabajo tal y como está el sistema laboral. Todos ellos tienen que pagar un piso, o tienen hijos estudiando, o les toca la luz, el gas... En la sociedad coruñesa la necesidad se está notando mucho más ahora que hace cuatro años porque en aquel momento los despedidos iban al paro. Como ejemplo puedo decir que hay entidades que nos devuelven empanadas o pan precocinado porque sus usuarios no tienen luz en casa y no pueden cocinarlo.
¿A cuántas atienden?
Desde la sede de A Coruña a 248.

Y traducido a personas...
Atendemos a unas 42.000. Las entidades nos mandan una lista de personas a las que entregan alimentos y nosotros multiplicamos por tres (padre, madre e hijo); otras ya nos especifican cuántos niños son y qué edades tienen porque cambian sus necesidades. Nuestra principal preocupación ahora mismo son los niños.
El cierre de los comedores suscitó muchas críticas.
Sí, hubo quejas, pero los niños están atendidos porque se encargan otras entidades y el Ayuntamiento suplió un poco la falta de colegio organizando campamentos.

Respecto a las organizaciones a las que atienden, ¿no sería más sencillo servirles si algunas se unificasen?
Sí, pero nosotros ahí no podemos decidir. Una entidad se da de alta en la Xunta como institución benéfica y no podemos decirle únete con aquella o con aquella otra. Lo único que hacemos es cruzar los datos de usuarios de las diferentes organizaciones porque, en algunos casos, notamos que había personas que iban a seis sitios. Eso es lo que queremos evitar y, por eso, les avisamos para que solo le dé alimentos una.

¿Hay mucha picaresca?
Sí, pero cuando no hay pruebas... Hay quien nos dice que algunas personas van a vender los alimentos al bar.

El año pasado cortaron temporalmente algunas distribuciones porque se intentaba hacer negocio con la comida, ¿han solucionado esas dificultades?
Ahora no tenemos ese problema porque hay un inspector que está vigilando a las instituciones constantemente. Además, los martes nos acercamos al mercadillo para ver si encontramos a alguien vendiendo los productos que repartimos. Tenemos todo muy controlado porque hacemos un albarán de salida, pasamos una inspección a ese albarán y la entidad en cuestión tiene que especificarnos cada beneficiario. Puede haber un error del 1%.  

¿Los convenios que firman con los ayuntamientos son a mayores?
Sí, algunas personas que necesitan ayuda acuden a los ayuntamientos porque les da vergüenza ir a apuntarse a una organización, pero luego los servicios sociales municipales las derivan a ellas.

En este contexto, ¿qué es lo que necesitan, además de alimentos?
Los ingresos del banco son de 500 euros mensuales y necesitamos dinero, por lo que querríamos hacer una campaña de captación de mil socios, a diez euros cada uno. No obstante, quien decide cómo y cuándo se hace es la junta directiva. Por otra parte, nos gustaría conseguir más ayuda de jubilados pero les falta mentalidad de voluntariado. Y la juventud, cuando ha aprendido, encuentra trabajo y se marcha

“En A Coruña la necesidad se nota mucho más ahora que hace cuatro años”

Te puede interesar