A Coruña es la ciudad gallega más perjudicada por la crisis del consumo

A Coruña es la ciudad gallega más perjudicada por la crisis del consumo

El pequeño comercio coruñés ha tenido que asumir una crisis más dura que el resto de ciudades gallegas y continúa padeciendo unos efectos algo peores. La conclusión no responde a una queja de los representantes locales, sino que la propia Federación Gallega de Comercio reconoce que los efectos de la contracción del consumo han sido peores en A Coruña “porque es donde hay más grandes superficies con las que competir”. 
“En A Coruña es más difícil sobrellevar la bajada de las ventas por la implantación de otros canales de distribución”. Así lo afirma el presidente de la Federación Gallega de Comercio, José María Seijas, cuando se le pregunta si alguna localidad se ha visto más afectada que otra por los efectos de una crisis que parece no acabar. En opinión del representante del sector la situación es bastante similar en las siete grandes urbes de la comunidad, si bien desde su perspectiva global llega a reconocer que los comerciantes de la ciudad sufren un poco más por las circunstancias añadidas. 
Así insiste en que la existencia de más grandes centros comerciales que en el resto de Galicia supone una competencia difícilmente salvable. “Además como A Coruña es tanto la provincia como la ciudad con más comercio, también hay más negocios entre los que repartir”, razona. 
Así el gasto de los gallegos sería equiparable en todo el territorio, pero al contar con más establecimientos ese dinero se ha visto y se sigue viendo mucho más diluido en A Coruña. 
Debido a este retraimiento de los consumidores, Seijas asegura que los cierres han sido muchos. No solo en la ciudad, sino en toda Galicia, si bien se congratula de que el emprendimiento –en muchos casos obligado por el desempleo– esté dando origen a “nuevos estilos de comercio y otras modalidades que permiten un relevo generacional por el que había preocupación”. 
Pese a esas altas la situación del sector no es buena ni mucho menos. “No cabe duda de que 2016 estuvo marcado económicamente por la inestabilidad política, que tuvo su repercusión en el comercio y en el consumo”, reconoce el presidente de la federación, algo que como decían los comerciantes coruñeses continúa notándose. 
Si bien es cierto que las ventas autonómicas crecieron “sobre un 3%”, el resultado no permite regresar a los balances previos a la crisis porque “se había bajado hasta un 35% en la facturación y eso hay que recuperarlo”. Con ese panorama, Seijas coincide con la Federación Unión de Comercio Coruñesa (FUCC) en que el comercio debe recurrir siempre a descuentos y ofertas. n

A Coruña es la ciudad gallega más perjudicada por la crisis del consumo

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