El Coliseum se convirtió en un contenedor para todos los públicos

El Coliseum se convirtió en un contenedor para todos los públicos
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Los incondicionales de Extremoduro volvieron a llenar el Coliseum . De hecho, el concierto del grupo extremeño se retrasó para dar tiempo al público a ocupar sus localidades y no empezó hasta las once de la noche cuando el escenario, con lonas que imitaban contenedores, se animó con una grúa, que bajó un contenedor, este real. Cuando volvió a subir, descubrió a Extremo, lo que provocó una ensordecedora avalancha de aplausos.
Robe Iniesta se arrancó con “Sol de invierno” para continuar con “Mi espíritu imperecedero” y la “Vereda de la puerta de atrás”. A partir de entonces empezaron a sonar las canciones más nuevas, algunas desconocidas por el público, que sí tarareó el trabajo de su nuevo álbum “Para todos los públicos”. En cambio, volvieron a vibrar cuando Iniesta empezó a tocar los primeros acordes de “Golfa”.
Acompañado como siempre por la guitarra de Uoho, la batería de José Ignacio Cantera y el bajo de Miguel Colino, le gusta introducir en sus actuaciones, a modo de sorpresa, un tema como avance de su próximo disco. En este caso “Canta la rana”, que sigue la estela de los últimos trabajos, en los que advierte un ritmo más pausado y melancólico. Y es que los extremeños están pasando por una etapa de gran producción artística, lo que ha llevado a Iniesta a anunciar que, sin abandonar Extremoduro, piensa también sacar un disco en solitario para dar salida a toda su producción.

sin payasadas
Hubo quien protestó porque no cantaron algunos de sus temas más emblemáticos, como “So payaso”, que no se dejó oir en lo que va de gira a pesar de ser uno de los más apreciados por los fans. Pero la banda sorprendió sobre todo por su puesta en escena, más compleja que en las otras ocasiones en las que visitó el Coliseum. El muelle de carga portuario que simulaba sorprendió a muchos de sus seguidores, que no están acostumbrados a tanta parafernalia.
Sin duda, se lo merecía un disco tan especial como “Para todos los públicos” cuya génesis ha estado rodeada de peripecias, como la del robo de las grabaciones en la fábrica en la que se producían los CD o la difusión pirata  a través de Internet, que desembocó en un detenido por el insólito delito de filtración musical hasta el primer detenido del que se tiene conocimiento en España por un delito de filtración musical.

El Coliseum se convirtió en un contenedor para todos los públicos

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