El Coliseo aspira a recuperar su aforo de 10.500 personas en febrero de 2016

El Coliseo aspira a recuperar su aforo de 10.500 personas en febrero de 2016
19 agosto 2012 A Coruña.- Concierto de Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina, anoche en el Coliseo

El informe técnico sobre la salud del Coliseo parece más favorables de lo que preveía el IMCE en un primer momento y aunque se tendrán que acometer medidas correctoras en el recinto, su director Javier Rodríguez señala que la reforma propuesta por la empresa contratada para tal fin hace pensar en un desembolso asumible por las arcas municipales.
El responsable explica que el lavado de cara se centrará en reforzar la seguridad activa del multiusos, esto es, el personal que se ocupa de que todo esté controlado durante los grandes espectáculos. A través de un programa de simulación, los técnicos pudieron comprobar a lo largo de estos meses la capacidad máxima que podía soportar el Coliseo con las medidas de seguridad exigidas por la normativa actual.
Así es que a falta de la aprobación por parte del Ayuntamiento, el edificio con vistas a Lavedra podrá recuperar su aforo original de 10.500 personas para las citas de gran calado, una vez que se completen los trabajos y con la plantilla perfectamente coordinada para no poner en riesgo al público en caso de emergencia.
Hasta el momento, el IMCE ponía como tope 8.500 gargantas en cada concierto como prevención ante una posible situación de peligro, sobre todo, después de la tragedia que tuvo lugar en el Madrid Arena.
Este acontecimiento encendió a finales de 2012 la luz roja sobre el conjunto de edificios de titularidad pública. En el caso del multiusos, una empresa se ponía manos a la obra para concretar sus taras y encontrarles una solución. A la necesidad de acondicionar la infraestructura a las nuevas exigencias se sumó las 24 temporadas de actividad y el rodaje que esto implica.

dos años de espera
Tras dos años de espera, el informe verá la luz en los próximos días. Por delante, le quedarán siete meses de actuaciones. Y es que el reto del Coliseo pasa por presentar su nueva imagen en la Copa del Rey de baloncesto, programada para febrero de 2016. Javier Rodríguez explica que el acontecimiento se merece un sobreesfuerzo por parte de todos ya que el público que arrastra la competición tanto en directo como a través de la pequeña pantalla es de sobras importante como para que el recinto brille.
De poder llenarlo con cerca de 10.000 personas, sería una buena noticia para el Ayuntamiento, que podría recaudar más dinero a través de las localidades vendidas, y para la economía coruñesa, gracias a la visita de amantes del basket que harían gasto en la ciudad.
Por otra parte, el director comenta que lejos de los pronósticos iniciales, la inversión será asumible.  En este sentido, el Coliseo ya ejecutó pequeñas reformas durante el invierno. En concreto, Rodríguez apunta que para el concierto del mes de marzo de Joaquín Sabina, el esqueleto se sometió a modificaciones diversas como la reactualización de la iluminación de emergencia, que guía a los espectadores hacia las vías de evacuación.
Se eliminaron los entronques de las rampas y los desniveles existentes, sobre todo, el que había entre los tendidos medio y alto. Los retoques incluyeron también la supresión de la pendiente en la salida de oficinas.
Asimismo, se instauró la Unidad de Control Operativo (UCO), donde se coordinan desde entonces todos los servicios que actúan sobre el perímetro. Esto supone un avance ya que “dado que la seguridad pasiva es mejorable, se ha optado por sobredimensionar la activa”, indica Javier.
Aunque esta unidad no es equiparable con la que opera en Riazor, en la que entran en juego otros factores externos como la antiviolencia deportiva, la del estadio se tomó como referencia a la hora de poner esta a andar.
En este punto, Rodríguez recuerda que la naturaleza del Coliseo, que no está compartimentado, sin cortafuegos ni puertas intermedias, obliga a que los operarios delimiten muy bien sus zonas y sepan qué tipo de público toma asiento o se ubica en cada parte.
La UCO centraliza así la comunicación de los servicios implicados y controla el acceso de la gente a la infraestructura. Antes de la primavera, también se actualizó el sistema de detección de incendios así que “con estas medidas de seguridad activa y otras que proponen no será difícil que el recinto dé pasos hacia delante en el cumplimiento de la normativa y recupere parte del aforo anterior, actualmente autorrestringido por razones de seguridad”.
El encargo del invierno pasado llega a su fin tras meses en los que desde ciertos sectores de la ciudad se puso en duda la continuidad del recinto. Con datos definitivos encima de la mesa, todo parece indicar que al Coliseo le queda una larga vida.

El Coliseo aspira a recuperar su aforo de 10.500 personas en febrero de 2016

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