La Cofradía denuncia el incremento constante de furtivos en la ría de O Burgo

Lejos de solucionarse a base de controles, la lacra del furtivismo sigue experimentando un incremento en A Coruña. El presidente de la Cofradía de Pescadores, Felipe Canosa, denunció ayer que el aumento de ilegales mariscando en la ría de O Burgo y “esquilmando percebes” en la comarca es constante. El sector considera que las sanciones administrativas son muy poco eficientes y pide a los consumidores que no apoyen esta actividad fueran de la ley con sus compras.
“En el furtivismo estamos en la línea del crecimiento, con la crisis ya creció pero es algo que sigue en alza”, lamenta el presidente de la Cofradía de Pescadores de A Coruña, Felipe Canosa. Asegura que el problema se está viviendo tanto en la ría de O Burgo como en aquellos lugares en los que trabajan habitualmente los percebeiros.
Se salvan de esta situación las tripulaciones dedicadas a otras artes pesqueras puesto que, si bien es cierto que hay particulares que salen en sus embarcaciones, “normalmente van para su consumo”. Los que comercian de forma irregular con el pescado que consiguen ilegalmente con la pesca de bajura “inciden muy poco” porque casi se cuentan con los dedos de una mano.
Pero esto no puede llevar a engaños porque, según el representante del sector, “hay un número enorme de furtivos y en las grandes capitales hay más afectados”. Sostiene que en los pueblos es más fácil identificar a los infractores. No obstante, afirma que aunque no se les conozca es sencillo ver las irregularidades que se cometen en el mar.

sanciones y delitos
Mientras los profesionales acreditados saben perfectamente cuáles son los días correctos de las mareas –los días en que se puede rastrillar la arena–, “cuando no las hay te das un paseo por la costa con marea baja y es una locura”. “Ves a gente con caña, con neoprenos, con bermudas...”, denuncia.
Desde su punto de vista las “sanciones administrativas” que impone la Xunta a aquellas personas que descubre ejerciendo una competencia desleal a los mariscadores son insuficientes.
De hecho, desde la Cofradía se alude, por ejemplo, a los cierres de la ría que son respetados a rajatabla por unos mientras otros se los saltan sin ningún control. “Los profesionales dejan de trabajar cuando se cierra por alguna toxina pero los furtivos no”, dice. Así comenta que como estos lo venden a los consumidores y “supuestamente” a algunos establecimientos hosteleros.
“Esto debería ser suficiente para acusarlos de un delito contra la salud pública”, demanda como una de las soluciones contra esta competencia desleal que resta gran parte del negocio del marisqueo en la zona.
Sin embargo, también hace un llamamiento a la ciudadanía para que sea consciente de las consecuencias que tienen sus compras de productos ilegales en “el centenar” de personas más o menos que realmente viven de ese trabajo. Así, les pide que tengan más empatía.