Los jóvenes son el futuro pero en la zona centro también parecen haberse convertido en el público clave al que conquistar para salir de la crisis más inmediata. En las últimas semanas proliferan por las calles de la Zona Obelisco, e incluso de Distrito Picasso, tiendas y negocios de hostelería con un marcado perfil dirigido a los jóvenes, sean adolescentes o clientes que rondan la treintena. En la Asociación Zona Comercial Obelisco explican este fenómeno aludiendo a la escasez de dinero para pasar la tarde en el centro comercial debido a la crisis económica.
La firma coruñesa Nanos abrió ayer mismo su nuevo establecimiento para el que han elegido una ubicación en plena calle Real. El negocio, dirigido a parejas jóvenes con hijos porque precisamente se vende ropa para niños pequeños, no es el único que ha surgido allí confiando en el tirón entre las nuevas generaciones. También una franquicia de una panadería ha apostado por esa localización.
En los últimos meses en las calles aledañas a la Real han levantado la persiana parques infantiles, franquicias como “Tops, cómete el mundo” o establecimientos que despachan porciones de pizza y perritos calientes al módico precio de un euro. Olmos, la Galera, La Franja y La Barrera son las grandes beneficiarias pues el panorama desolador de antaño está cambiando.
Según el presidente de la Asociación Zona Comercial Obelisco, Antonio Amor, el goteo es “incesante” y cada poco tiempo abre un comercio nuevo. La mayoría se destinan, precisamente, a un público más juvenil del que acostumbraba a moverse por el entorno antes de la recesión.
los desencadenantes
“De un año a esta parte hemos notado un rejuvenecimiento de toda la zona, e incluso de todo el centro, porque la crisis ha obligado a recuperar el paseo; la gente vuelve a la calle y al barrio y no va tanto al centro comercial”, comenta Amor, que recalca que la tónica va en aumento en los últimos tiempos.
“Han surgido nuevos grupos a los que no les hace tanta gracia estar en las grandes superficies porque estas tuvieron su ciclo”, añade.
Aunque pueda parecer extraño por todas las críticas que suscita esta práctica, Amor también achaca la mayor presencia de adolescentes en la Zona Obelisco al botellón de los sábados en los Jardines de Méndez Núñez. “Cruzan hacia los pubs del Orzán por aquí y, a veces, descubren cosas que vienen a buscar otro día”, justifica.
Las múltiples franquicias de yogures helados fueron las primeras en implantarse. Al principio se creía que la gran competencia entre ellas causaría el cierre de algunas pero lejos de hundirse han provocado, según el representante de los empresarios del lugar, un efecto llamada. “Su público es la chavalada y esta presencia en la zona ha conllevado la apertura de otros negocios juveniles”, concreta.
A juicio de Amor “hace diez años esto era impensable”. Por eso opina que el cambio de perfil de los consumidores está “beneficiando a todos porque aunque vayan a un negocio de hostelería en muchas ocasiones entran a probarse unos zapatos o a comprar algo”. Consciente de que aquellos coruñeses menores de 30 años no están en su mejor momento respecto al poder adquisitivo, el presidente asegura que su visita siempre es positiva porque “hay más gente comprando” independientemente de los gastos que realicen.
Además tener contento a este sector de la población es una forma de asegurar el futuro del pequeño comercio del barrio puesto que “dentro de cinco o seis años seguirán aquí y a medida que aumente su poder adquisitivo comprarán más”.