El centro Pascual Veiga celebra su 25 aniversario con ánimo de crecer

El centro Pascual Veiga celebra su  25 aniversario con ánimo de crecer
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El centro ocupacional Pascual Veiga celebró ayer el cuarto de siglo desde su fundación, un momento al que llega con ganas de “seguir luchando”, según su directora, Josefa Arcas, y después de varios años en los que ha aumentado su número de usuarios.
Se trata de un espacio en el que trabajan con personas con discapacidad intelectual. “Llevo más de una década como directora, pero seguimos luchando y seguiremos mientras podamos porque no podemos tirar la toalla en ningún momento”, explica Josefa Arcas, quien añade que continúan “con mucha ilusión porque son 25 años desde que empezamos y seguimos aquí”.
En la actualidad, el centro está al tope de su capacidad al acoger a 25 usuarios y solo tener una plaza libre, un aspecto celebrado por su directora. “Cuando se empezó eran menos chicos, pero con la demanda que hay de centros van entrando más aunque seguimos siendo una gran familia”, asegura. De momento con mantenerse es suficiente, aunque les gustaría conseguir retos como “un piso tutelado”.
Entre las actividades que organizan para formar a los usuarios están varios talleres, “uno de estarcido, que es pintar en tela, el de ecopas, que trabajan en bandejas con servilletas que pegan y quedan muy bien, y también está el taller de habilidades o uno de música electrónica”, relata Josefa Arcas.
Estas actividades tienen una doble finalidad: “Son diversas cosas para que se sientan bien y se preparen para la vida diaria y se sientan útiles, para ellos un taller es un trabajo”.
Sin embargo, todo esto no sería posible sin la colaboración que aportan administraciones como la Xunta, la Diputación o el Ayuntamiento, y entidades como Abanca o Caixabank. “Mientras tengamos las ayudas de las instituciones estará bien, pedimos que nos tengan presentes para poder seguir con esto y que los chicos se sientan realizados”, afirma Arcas, quien añade que “luchamos para que esto siga adelante, los padres solos no podríamos afrontar todo esto”.

despiertan interés
Los productos que elaboran los usuarios en los talleres no se quedan en el centro o se los llevan sus creadores para casa, sino que tienen su salida. “Tenemos una exposición en mayo en la que se vende lo que hacen los chicos”, pero para algunos esta cita anual no es suficiente. 
“Tenemos clientes que esperan a que lleguen esas exposiciones para comprar y hay gente que viene aquí a nuestra pequeña sala de exposiciones”, afirma la directora, quien busca “que valoren el trabajo que hacen con muchísimo esfuerzo”.
El turno de los talleres es por las mañanas, mientras que por las tardes “van a actividades de baile, informática o pintura” a través de un convenio que mantienen con una asociación con la que comparten local en la calle Vila de Laxe, en el barrio de 
A Falperra.
Además, en los últimos años han establecido un viaje anual a distintos lugares como Taramundi, a los Cañones del Sil o a las Islas Cíes, desplazamientos en los que se reúnen los usuarios con sus familias y también los trabajadores del centro, mientras que antes solo se realizaba en determinadas ocasiones.

El centro Pascual Veiga celebra su 25 aniversario con ánimo de crecer

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