El carisma que lleva macerando años

Aligerada, con menos kilos, pero con toda la magia de la obra con vistas a un balcón y a una orilla donde la luna brilla, los protagonistas del “Don Juan Tenorio experimentado” que se estrena el 31 de octubre en el Colón cuentan las horas para poder subirse al estrado, a escupir lo que una varita igualmente experimentada como Ricardo Martín les enseñó desde junio, cuando pasaron el cásting a sus más de 55 años. Y es que el director durante décadas del grupo Sardiña cambió adolescentes por prejubilados y retirados para darse cuenta de que a esa edad, “son mucho más obedientes”.
Carmen Suárez, Manuel Amenedo, Javier González y Carmen Ortega son los dos don Juanes y las dos Ineses que la batuta irá salteando para hacer más interesante una historia que no solo innova poniendo a bailar a intérpretes mayores, sino que supone un puente entre el teatro y su entorno socioeconómico ya que su puesta en escena está arropada por el Centro Coreográfico Galego, la compañía Noite Bohemia, Peña Bebeuvas, hotel NH Atlántico, Asociación Antidroga Antonio Noche, Bar Bristol, Restaurante La Marina, Tintorerías Perú y Onda Cero. Se trata de una cadena de colaboraciones que llevarán al elenco a vestirse con los trajes que tres mujeres del colectivo de la avenida de los Caídos cosen día y noche o a coger el avituallamiento en el Bristol de Torreiro y La Marina. Con una función fija para escolares y una segunda, el 31, para el público adulto, el Colón baraja la posibilidad de aumentar las sesiones e incluso exportar la pieza.
Así es que doña Inés o Carmen Suárez señalaba que después de una vida remunerada, aparecía otra que motivaba igual o más a la juventud. Su compañera, Carmen Ortega, rompió una lanza a favor de los que trabajan de una forma “bestial” por agradar al público, que es al final de lo que se trata, de llenar los asientos verdes de cabezas y por esa razón, decía María Cancela, del Bristol, la importancia de interconectar la ciudad y hacer que se mueva. Esta vez, la mecha se encenderá con presupuesto cero, imágenes que sirven de telón de fondo y el carisma que lleva macerando años.