Un camello que pegaba a unos clientes agrede a un policía que frenó la pelea

Un camello que pegaba a unos clientes agrede a un policía que frenó la pelea
Los daños que provocó el narcotraficante son bien visibles patricia g. fraga

Una transacción de drogas en el pasadizo del Orzán (un lugar donde el trapicheo es frecuente) que salió mal acabó con el camello detenido, un cliente identificado y un agente municipal herido en un hombro. Según fuentes policiales, el incidente tuvo lugar cuando aún no eran las ocho y media de la mañana. Una llamada a la sala del 092 informó de una pelea que estaba teniendo lugar en plena zona de la movida nocturna.
Llamadas como esta las hay a menudo, aunque son más raras un jueves laborable por la mañana. Algunas fuentes apuntan a que el traficante estaba bajo los efectos de su propia mercancía. En todo caso, la primera patrulla que llegó al escenario de la pelea tuvo que vérselas con tres individuos muy excitados. Lo más curioso es que los dos individuos estaban llevando la peor parte al pelearse con otro, a pesar de la superioridad numérica, puesto que tenía conocimientos de artes marciales.
Los policías trataron de calmarles y les conminaron a que se comportaran, pero por lo menos dos de los individuos seguían mostrándose agresivos y les insultaban. Al final, la situación acabó escapándose de las manos y el camello golpeó a un agente. La patrulla solicitó refuerzos inmediatamente mientras trataban de reducir al sujeto, lo que no resultó fácil, quizá debido a las drogas que había consumido.
Minutos después, habían convergido al lugar varias patrullas de la Policía Nacional y Local y el agresor fue reducido y esposado. Pero en el momento en el que todo parecía haber concluido, uno de sus clientes aprovechó que llevaba los grilletes puestos y no podía defenderse para pegarle, vengándose así de los golpes que había recibido durante la pelea. Los policías tuvieron que esposarle también para mantener el orden, y fue trasladado a las dependencias de la Policía Nacional para ser identificado, puesto que no llevaba el carné encima.

a golpes
Pero el ataque había puesto fuera de sí al narcotraficante y aunque fue introducido esposado en un coche patrulla del 092, eso no bastó para que se tranquilizara: tumbado de espaldas en el asiento de atrás, golpeó con los pies una de las ventanas del coche con tanta fuerza que consiguió desencajarla.
Durante todo el viaje no dejó de golpear el vehículo, provocando varias abolladuras en la carrocería, hasta que se cansó. Una vez en la Casa del Mar, donde se le atendió de sus heridas, confesó que no había tenido más remedio que agredir a su clientes cuando no le pagaron. Y no podía permitirlo porque, además, sabía kickboxing.

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