La caída del precio de aluminio aviva el peligro de cierre de la planta de Alcoa

“Sabíamos que, en canto se enfriara o mercado, os primeiros en esbirrar seríamos nós”. Así se expresó ayer el presidente del comité de empresa de Alcoa, Juan Carlos Corbacho, al referirse a la nueva crisis que se cierne sobre la fábrica de aluminios coruñesa. El descenso en el precio del metal, cuya tonelada ha pasado de valer 1.700 dólares en mayo a 1.488 en la actualidad, obliga a rebajar costes, y la planta necesita comprar energía a precios competitivos en la próxima subasta eléctrica, fechada para el 31 de este mes. De ello depende su futuro, y  el de  los 340 personas que forman la plantilla.
El enfriamiento del mercado procede de China. El gigante asiático está comenzando a sufrir su propia crisis económica y para frenar la caída, su Gobierno decidió devaluar su moneda, el yuan, favoreciendo así las exportaciones. Incluida la del aluminio. “Prefieren exportar incluso desatendiendo la demanda interna”, señala Corbacho. Y con la llegada del aluminio chino de bajo precio llegan los problemas a las tres plantas que tiene Alcoa en España, incluida la de A Coruña. 

estructural
“La de China es una crisis coyuntural, pero también tenemos una estructural”, recuerda el presidente del comité de empresa. Desde 2009, la fábrica ha recurrido a parones en la producción para capear la depresión económica. En una época tan delicada como esta, la competitividad lo es todo, y las plantas españolas del gigante americano del metal se han visto afectadas por el sistema de subasta energético que rige en España, en el que se determina el coste de la electricidad (el más importante para la fabricación del aluminio) cada año. 
“Xa en maio, a empresa nos dixo que tiñamos problemas e onte (por el martes) díxonos que estaba pendente da próxima subasta”, explicó Carbacho. Sin embargo, aunque se comprara la electricidad a un precio bajo, eso no solucionaría el problema a largo plazo, que no es otro que el anómalo sistema español. “Hai plantas, como a de Noruega, contra as que non podemos competir porque eles teñen un sistema moi estable, que lles permite comprar a enerxía a vinte anos vista”, aclara el representante de los trabajadores. Alcoa emplea el problema de la energía como argumento para no realizar inversiones en la planta. “Algunhas  teñen beneficio, outras están en equilibrio, mais ou menos, e outras non”, dice Carbacho, que asegura que continuarán con sus movilizaciones para conseguir un cambio de modelo. 
Mientras tanto, esperan que la subasta no sea tan accidentada como la del año pasado, cuando se salvaron in extremis al conseguir la energía en una segunda ronda.