Cada año el 092 registra cerca de treinta ataques de perros en la ciudad

Aunque el perro siempre será conocido como el mejor amigo del hombre, eso no quita que la relación sea a veces tensa y desemboque en violencia. En unos casos, es el hombre el que agrede el animal y en otros, es este el que muerde su mano. Según fuentes municipales, de este tipo de sucesos se han registrado una media de 30 incidentes en los últimos tiempos, en diversos grados de gravedad y con todo tipo de perros, de cualquier raza y tamaño. En ocasiones, las personas resultan heridas a consecuencia del ataque, y necesitan atención hospitalaria.
Hay que tener en cuenta que no todos los casos en los que un can se muestra agresivo con una persona esta recibe una dentellada. La estadística demuestra que en la mayor parte de los casos no es así: solo la mitad de las denuncias indican que la víctima haya sufrido un mordisco. El resto, son ataques que consisten en que le animal se ha abalanzando encima del sujeto en cuestión, tratando de derribarlo. 
Otro punto importante es que no todos los perros implicados en ataques a humanos pertenecen a las razas denominadas “potencialmente peligrosas”: el dogo argentino, el pit bull terrier, el rottweiler, el fila brasileiro... A pesar de que se supone que son canes criados para la caza y la pelea, y que por ello son más agresivos, en realidad, son menos responsables de mordeduras y ataques que sus primeros de las razas presumiblemente más pacíficas. En A Coruña están registrados más de 350 perros de razas potencialmente peligrosas, pero se calcula que puede haber  una cantidad igual de mascotas sin registrar.
Sin ir más lejos, el jueves la Policía Local descubrió a un hombre paseando a un perro de raza peligrosa por la ronda de Nelle sin bozal ni la documentación necesaria. El animal no figuraba en el registro ni tenía seguro de responsabilidad civil, otro requisito indispensable. 
Esta norma, la de los bozales, también es ignorada a menudo por los dueños de los canes. Normalmente solo tienen que llevarlos los perros de raza potencialmente peligrosas, pero cada año se multan a cerca de 40 personas por este motivo, sin que la estadística baje sensiblemente, e igual ocurre con el microchip que debe llevar todos los perros, aunque en este caso se están realizando más progresos, y sí se han impuesto menos denuncias. 
Como señalan los amantes de los animales, en realidad el comportamiento de un perro es responsabilidad de los dueños, y son muchos los que ignoran las ordenanzas municipales que obligan a llevarlos sujetos por la correa en lugares públicos y los sueltan para que puedan moverse libremente. Durante el año pasado, varias docenas de propietarios fueron multados por ese motivo.