Caballeros, juglares y damas toman la Ciudad Vieja

Darse un paseo por la Ciudad Vieja estos días es como abrir una puerta en el tiempo que transporta el visitante a la Edad Media. Calles empedradas en las que los pasos se detienen ante las risas de un juglar o la música de un arpa. Tampoco es difícil toparse con un grupo de ocas, caballeros a caballo y candorosas damas con coronas de flores. Este escenario es el que dibuja la tradicional Feria Medieval, que desde ayer llena de luz, música y color las calles de la Ciudad Vieja. Y si hay un sentido que a ciertas horas guía los pasos de los visitantes, ese es el olfato. El olor a chocolate que desprenden los dulces pasteles de los puestos dirige a los más golosos, mientras que los estómagos de los más carnívoros claman por el churrasco, las costillas o el pulpo que se cocinan en los establecimientos gastronómicos a pie de calle.
Se notó ayer durante buena parte de la tarde. La jornada inaugural sirvió a muchos para disfrutar de una merienda diferente o, incluso, de una cena al estilo más medieval. Bollos preñados, pan pizzas, kebabs, bocadillos, pinchos morunos... para llenar el buche o solo como tentenpié, muchos de los visitantes no pudieron decir que no a la tentación gastronómica de la feria. La repostería, los crêpes con chocolate, o incluso las gominolas “de gran formato” conquistaban a grandes y pequeños, a los que suspiran por el azúcar.
Y es que cuando se trata de recorrer las calles con más de 220 puestos de artesanía, hay quien necesita reponer fuerzas, y los manjares son siempre la excusa perfecta.

éxito de público
La que ya es para muchos la cita más esperada del verano despertó en el día de su inauguración el interés de muchos coruñeses que, tras la lectura del pregón y el pistoletazo de salida a la feria, se acercaron hasta la Ciudad Vieja para empezar a conocer las propuestas que este año han traído los participantes. Aunque muchos, los más fieles a la cita, ya tienen sus puestos preferidos y nada más poner un pie en el circuito ya sabe qué buscar.
Pero más allá de la propuesta “comercial” y gastronómica, la feria llega cargada de actividades, con un programa completo para todos los públicos. Las justas medievales que ayer ya comenzaron en María Pita fueron los platos fuertes del día, que se repetirán durante todas las jornadas hasta que la feria se despida el próximo domingo. Actuaciones musicales, paseos de caballerías reales, espectáculos de faquires, de fuego o teatrales son solo algunas propuestas. n