El buen tiempo cede al Obelisco una noche en blanco

El buen tiempo cede al Obelisco una noche en blanco
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Si el año pasado la lluvia dio una tregua para disfrutar a ratitos de la Noche Blanca de la Asociación Zona Comercial Obelisco, ayer la meteorología se alió por completo con los empresarios para que cientos de coruñeses pasaran parte de la noche en blanco paseando, comprando y disfrutando del centro de la ciudad. El mapping, la ya tradicional proyección audiovisual en la fachada de Labase, fue la acción más exitosa pero el ambiente no disminuyó en ningún momento.
Aunque los festejos, que buscaban reivindicar el centro como lugar de paseo y ocio así como reactivar un poco las ventas en la previa al Día de la Madre, comenzaban a las ocho, desde las siete las calles de la Zona Obelisco estaban a reventar. Y eso que todavía no se había empezado a repartir la comida. 
Una vez se abrieron los carritos de algodón de azúcar, palomitas y garrapiñadas ubicados estratégicamente en la calles de Olmos, Riego de Agua y Real las colas no tardaron nada en formarse. Pese a la espera, a nadie le amargaron estos dulces regalos de los comerciantes. 
Como tampoco lo hicieron los cócteles que sirvieron algunos negocios o los descuentos que pusieron en bandeja la gran mayoría de los 80 establecimientos participantes. Al ritmo de la música –de un DJ en el caso de la calle Real, de unos músicos en Olmos– poco a poco fueron cayendo unas gafas, unos complementos, aquellos zapatos o ese jersey al que le habían echado el ojo. Incluso Afundación, con su sede abierta hasta la medianoche, se sumó a la fiesta.

El buen tiempo cede al Obelisco una noche en blanco

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