El día no ayudó pero al mal tiempo, los amantes del carnaval le pusieron chubasqueros y buen humor. Aunque la mañana quería firmar la paz con los que no faltan a su cita con el disfraz, la tarde se tornó gris y los participantes en el desfile de carrozas y comparsas organizado por el Ayuntamiento hacían cola en la línea de salida, la avenida de Navarra, con la certeza de que acabarían anegados.
Esto hizo que algunos se desapuntaran a última hora del certamen. Así es que 21 carrozas y 32 comparsas se echaron a la calle sin mirar al cielo y con ellos, no faltaron los billetes que duermen en paraísos fiscales, ni los Bárcenas ni los Pujoles. Venían de la mano de Os Maracos, que ante tanta corrupción y tanto preso famoso, decidieron ponerse este año el traje de rayas.
Con las cadenas en ristre marcharon en fila india por la calle de la Torre, Baltasar Pardal Vidal y San Agustín hacia María Pita junto a los de Pantaleón, que se enfundaron la capa con cintas para cantarle al entroido “Clavelitos”. Triste y sola se quedaba entonces la Universidad porque la fiesta discurría lejos de los libros entre Monte Alto y la calle de la Barrera, que confirmaba ya de noche que no hay nada más divertido como interpretar el papel del vecino.
En este sentido, Amigos da Xoldra se iban hasta China para traer su cultura en bandeja en una puesta en escena donde un dragón de grandes dimensiones amenazaba con echar fuego por la boca. Sin embargo, el agua fue la nota dominante. Lo decían los del jurado, que puntuaban las últimas carrozas empapados. Cerca de las nueve de la noche, dictaminaron sentencia y Estrelas da Noite hicieron honor a su nombre y se subieron al podio como los mejores tanto en el apartado de comparsas por sus trajes y coreografía como en la categoría de carrozas.
La caravana de comparsas supuso el arranque de una celebración que terminó en bachata y cumbia. Y es que en la meta, a los concursantes y no concursantes les esperaban los ritmos salseros de la orquesta Ceniza, que comenzó a repartir acordes una vez que terminó el evento para dar paso a una sesión de fuegos artificiales como traca final. De ahí, a seguir haciendo el entroido con la música y los chascarrillos de las comparsas. Ellas le pusieron la banda sonora a las calles más choqueiras durante toda la noche mientras que los coruñeses no perdían la ocasión para sacar el buen humor del armario. Hasta aquí se desplazó también “el de la coleta” y el “pequeño Nicolás”, que oyó fiesta y no dudó en atravesar la meseta. Además, la calle se vistió de maléficas y brujas de Blancanieves. Hubo emoticonos con patas, vaqueros sin caballos y hasta fregonas Vileda de grandes dimensiones. Entre el tumulto, sobresalían los Chicotes, las geishas y los animales de la selva.
La fiesta no cesará hasta que el martes, la Torre haga una vez más su particular exaltación al choqueiro. Tiempo entonces para buscar en el armario las prendas más extrafalarias y ponerlas a jugar con complementos cantosos y pelucas con solera. Antes, la noche del lunes pasará por el segundo asalto. De un ring donde los coruñeses serán los encargados de montar la fiesta. Porque no hace falta más que una careta y la ironía como bandera. Además, las predicciones meteorológicas apuntan a una mejoría del tiempo. Las probabilidades de lluvias para hoy por la tarde descienden a un 40%, según Meteogalicia, aunque mañana volverán. Eso sí, el agua dará una tregua el martes.