“Si algo intento en esta vida es no ser imbécil”

“Si algo intento en esta vida es no ser imbécil”
En octubre saldrá su nuevo disco titulado “Casa”

Iván Ferreiro será uno de los disparos de pop que prepara Marineda City junto con Anni B. Sweet y La Bien Querida en su versión “Unplugged” del 2 de septiembre, “un festival” que para el de Nigrán está “guay” porque responde a ese tipo de conciertos que se salen de la línea y en los que saca a paseo canciones olvidadas y “las de siempre para confirmar que siguen gustando”, de hacer, en definitiva, lo que quiere, que está por encima de lo que se debe y situarse en esa libertad que tanto le gusta. Entre tanto, se enfrenta a esa presión dulce que supone sacar nuevo disco en octubre.
Se titulará “Casa”, porque se concibió en el salón de estar, en parte debido a que a una tubería caprichosa se le dio por verter aguas fecales en el sótano y porque el ordenador, siempre falla cuando no tiene que fallar.
El trabajo echa a andar tras un año y medio en el que Ferreiro volvió a su hogar “rompí con mi pareja porque las cosas no iban y era necesario, me caí de la bici y me rompí un brazo y disfruté de mis amigos”, en Galicia, que es su casa, igual que también lo es el escenario: “Ahora mismo estoy sentado viendo a mi gato espatarrado, pero las casas son todos esos sitios donde tengo gente a la que quiero”.
En ese momento, empezó a escribir. Partió de la idea de que “tener el corazón roto no es incompatible con ser feliz”. Él quiso reventar esa afirmación a fuerza de emociones para asegurar que “las cosas chungas llegan para ser superadas”. Es simplemente “ser un disfrutón de un plato de comida, de los amigos y de los instantes aburridos”. Y aunque “Casa” dice cosas terribles, el cantante afirma que “no es un disco triste. Es bastante luminoso”.
Tampoco habla de amor ni de desamor, más bien de “la libertad y de la soledad de cada uno, de toda la realidad que hay alrededor, de ese universo que se expande o de un cerebro que te engaña”. De algo complejo y de lo nuevo porque “llevo casi año y medio en la soltería y no está mal estar solo”. De ahí que el proyecto se curta “del amor a uno mismo, de entender y aceptar sin pensar en que alguien te va a salvar porque puede que termines tú salvándolo a él”.
Ferreiro esperará a presentar todo el material más adelante con su banda, pero adelantará alguna perla en el centro comercial, antes de regresar acompañado porque vendrá seguro, dice. Asegura que tiene miedo a que le hayan olvidado y al contrario que en “Val Miñor”, “donde el amor iba hacia arriba”, las canciones que se colaron entre el sofá y la televisión “dicen lo que dicen y también lo contrario, suenan a abandono y también al que se ve con su amante cada seis meses”.
Reafirma con ellas que “la vida mola, no todos los días”, porque “con amigos y familia, quejarse sería absurdo y estúpido”. Si Iván tiene claro una cosa es intentar “no ser imbécil, que hay cosas oscuras y aunque esto suene a Paulo Coelho al que odio, siempre hay una luz al final” porque “no existe el sexo bueno si no hubiera del malo y solo echando un buen polvo es cómo te das cuenta”.

NO PASAR DE LARGO
El que abanderó a Los Piratas confiesa que el secreto “es cómo te tomas las cosas” y ante las que son duras, aconseja “no pasar de largo sobre lo que mola y pensar llegar a ese sitio porque todos nos lo merecemos”. El disco habla pues de eso, “de que te pueden pasar 80 desgracias, pero les das la maldita vuelta”.
Así es que desde el mismo salón donde cocinó “Casa”, Iván dibuja su filosofía vital que le llevó a compartir la tarde de ayer con su hermano y regresar al Naútico de O Grove donde hace dos días estuvo con Coque Malla.
Curiosamente, su “hermano” Leiva presenta una nueva criatura discográfica casi al tiempo, llamada “Monstruos”. De él también tiene “Casa”.
Y es que “Farsante” se ganó un sitio en el repertorio después de “que viniera y me tocara un trozo” para regalarle “uno de los estribillos más bonitos que nunca he escuchado”, igual que Martí, del que sale “De mucho”, un músico “al que adoro”.
De todos estos y de más, se construye esta casa a la que le puso tejado, “entre conversaciones de lo divino y de lo humano”. Creció con botellas de alvariño y almejas y aunque “no pude grabar ni una maqueta en el estudio que tengo debajo de mi culo, el disco salió todo del salón”. Del mismo en que pensó una letra para Sergio Dalma, al que se encontró de “la forma más absurda” paseando por Méjico DF: “Nos tomamos unos tequilas y charlamos”. Eso le sirvió a Ferreiro para ponerse en su piel porque “igual escribo de más para mí y estoy hasta la polla”. El caso es que Iván le tenía ganas al cantante de la voz rasgada, pero fue él quien dijo que no había mus y las cartas terminaron amando al hecho de cantar. Ferreiro reconoce también lo gratificante que fue componer para Raphael. El de Linares le dijo todo lo que no quería y él dirigió su voz hacia una oda a la vida: “‘Carrusel’ trata sobre las ganas de seguir y es precioso escucharle cantar eso a una persona de 70”.
Escribiendo lo que le apetece y viviéndolo, a fin de cuentas, Iván Ferreiro es capaz de tocar la libertad y se divierte.

“Si algo intento en esta vida es no ser imbécil”

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